¿Jugamos a un juego?

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CAPÍTULO 5:

-Tú nos podrías avalar. Vamos, Alison. No seas tan perra y haznos un favor. Si no a mí, al menos, que sea a Hanna- miro a Mona y no sé si ponerme a reírme o golpearla en aquel momento allí.

-Y para ello, me llamas perra.

-Pero lo digo con cariño.- incluso hace reírse a Caleb, que nos mira divertido.

-Ya, claro. Me lo pensaré- era mejor decirle aquello para ver si así, me dejaba en paz en la gala- ¿Contenta?

-Más o menos- Mona resopla- Voy a buscar a Hanna.

-Por favor- cuanto más lejos estuviera, mejor iba a ser.

Mona se marcha literalmente sin despedirse y casi comiéndose a uno de los camareros que pasaba con una bandeja llena de copas en aquel momento. Me giro a Caleb y, como él, comienzo a reírme. En otros tiempos, hubiera matado a Mona o, simplemente, ni la hubiera dejado acercarse a mí. Sí, tenía que admitir que extrañaba un poco esos días en los que ni me hablaba.

Hanna y ella habían perseguido su sueño de ser estilistas desde que fueron a la universidad al terminar el colegio. A Ashley Marin no le hizo mucha gracia ya que aunque sabía que su hija tenía un don para ello, sabía que ese mundo era muy duro. Incluso se alegró cuando terminó trabajando para mí. Aunque claro estaba, eso no significaba que las dos, no dejaran de intentarlo. Casi tenía que decir que admiraba el empeño que las dos le ponían al tema. Aunque eso significara pasar momentos, así.

-Mona es divertida, tienes que admitirlo- Caleb dice, aunque a mí no me parece tanto como podría parecerle a él.

-Ya, buena broma- resoplo bebiendo un poco más de mi vino- Aunque si las ayudaba, no sería por ella, si no por Hanna.

-Oh, vaya. Eso si que es interesante- me giro a Caleb, confusa- Alison DiLaurentis haría algo por alguien que no conllevara algo bueno para ella.

-¿Quién dice que no buscara algo para mí?- lo digo en broma, aunque también tenía razón en lo que iba a decir- Sería limpiar más mi imagen. Alison DiLAurentis, ayudando a emprendedores que inician su camino...

-Ya lo decía yo- Caleb resopla, aunque la verdad es que ni me importa- Cambiando de tema. He visto que tenías a alguien nuevo contigo....

-Emily- respondo- No sé como Spencer no te lo contó.

-¿Quién ha dicho que no?

Ya me lo imaginaba.

-Ya bueno... pues eso. Tengo una nueva niñera.

-Con lo buena que has sido...- hasta yo me río con ello- ¿Dónde está ahora?

-Con Hanna- respondo- Quería dejarme "tiempo libre".

Aunque en realidad, lo que más quería de mí era estar muy lejos de ella. Lo de la sala de empleados no es que hubiera sido del todo... "tranquilo".

-Pero si tanto quieres.- respira rápidamente, cuando tomo su dedo índice y lo meto en mi boca, chupándolo lentamente- Entonces, hazlo. Contrólame, solo si puedes...

Cuando le dije esas palabras, Emily se tiró literalmente sobre mí, besándome. Todo era de repente extraño para mí. Sé que tenía el control, sentía el miedo y los nervios en sus besos, pero todo parecía distinto.

Me quedo atrapada entre la pared y su cuerpo, sus labios y los míos. La miro y mientras busco de nuevo sus labios, juego con ellos, conduciendo la mano de Emily hacia mi entrepierna. Hago el trabajo, pero ella es quien finalmente termina buscando la manera de apartar el tanga y enseguida noto su tacto sobre mi clítoris. La noto temblar, cree que tiene el control, que se lo he dado; pero aquel gesto hace que se vea realmente lo que pasa. Emily está nerviosa y no sabe como continuar.

En la cama del enemigo //((completa))//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora