¿Quieres controlarme? Pues hazlo

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CAPÍTULO 4:

Una semana pasa y no consigo saber nada de ella. No recibo tampoco noticias de papá, lo que tampoco sé si es bueno o no ya que siendo papá, cualquier cosa puede ser. Hablo con Jason, tampoco me indica nada, Emily tampoco habla con él, asique, por un lado o por otro; sigo estando a ciegas con el tema.

Pienso en llamarla, en ir a buscarla, pero ya me rebajé, me abrí lo suficiente con ella; no lo iba a hacer dos veces. Asique espero. El viernes teníamos la fiesta benéfica de Lorenzo. Una fiesta que organizaba para limpiar la imagen de la policía. La gente donaba, la policía donaba también una parte a las organizaciones benéficas y todo el mundo salía ganando. Quizás, en esa fiesta, volvería a verla. Necesitaba verla porque tenía aún así la sensación de que aún corría peligro.

EL viernes por la noche, después de una larga semana esperando, decido ocupar mi mente en la noche. Para ello, Aria Montgomery, otra de mis mejores amigas, me ayudaría. Aria es buena con las palabras, recatada autora de numerosos best sellers aunque apenas llevaba acaso unos cinco años escribiendo y con un master en literatura. Prácticamente, era la que me ayudaba a quedar bien cuando tenga que hablar con algún periodista. Cosa que era casi siempre. Como decía papá, la imagen que das a la gente, siempre es casi el 100% del éxito de una empresa.

-Los beneficios han sido altos, asique, no creo que pregunten por eso- Aria responde, arreglándose por quinta vez el cinturón que llevaba el vestido- ¿Queda bien o no? Hanna lo escogió por mí.

-Si lo ha escogido Hanna, todo va bien- le respondo sin ni siquiera mirarla, terminando el efecto ahumado que quería para aquella noche- Tranquila. ¿Y para algo personal?

-¿Has hecho últimamente algo por lo que te pregunten?

-No.- que yo supiera.

-Entonces no creo. Además, Jason no ha hecho tampoco nada malo. Estarás bien.- Aria lo hacía parecer demasiado fácil para lo que podía ser.

-Está bien, si dices eso- no sabía que más decir.- Confío en ti.

-Tú simplemente confía. A lo que me recuerda- la observo a través del cristal de mi tocador, se acerca nerviosa- ¿De verdad que Jason viene también en la limusina hoy?

Me quedo mirándola. Sabía su historia con mi hermano, las numerosas historias; pero siempre me hacía gracia la manera en la que hacía ponerse Jason a Aria. Siempre terminaba nerviosa cuando tenía que estar frente a él.

-Lorenzo lo invitó y ya sabes que a veces es un poco rácano. Además, creía que estabas volviendo a arreglar las cosas con Ezra. ¿O me equivoco en ello?- su historia, si tenía que ser sincera, era de lo más liosa.

-Estamos en ello.

-¿Por qué entonces te preocupa Jason?

-No...- el timbre suena- Salvada por la campana.

-¿Segura?- no paso el momento- Puede que sea Jason con la limusina. No me extrañaría que se hubiera bebido el champán ya.

-No... No me seas así...

Me río, volviendo un poco a lo mío.

Aria baja corriendo las escaleras y al poco tiempo, escucho la puerta. Ahora veremos quien gana de los dos en esta batalla.

-¡Jason!- ganaba yo, aunque lo que más me gustaba era escucharle los nervios en su voz- ¿Qué tal? ¿Tú también vienes? Que sorpresa- mentirosa.

-Sí, bueno. No me perdería una buena fiesta.- escucho a Jason responder.- ¿Todavía está terminando de arreglarse mi hermana?

-Sí, está arriba y...- se calla un momento- ¿Has traído una cita?- espera, ¿qué me había perdido en todo ello.

En la cama del enemigo //((completa))//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora