La otra parte de la verdad

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CAPÍTULO 17:

Un vaso de whiskey en mi mano y sentada sobre el suelo, con las maletas preparadas delante de mí. No sé qué era más deprimente de todo aquello si la manera en la que se veía o mi persona en sí.

Supongo que todo.

Había llegado a casa y después de zamparme una tableta de chocolate olvidada que tenía de oreos y chocolate, me había vuelto loca. Literalmente, había pillado toda mi habitación, las maletas, el dinero, la ropa y la documentación y lo había empaquetado todo, poniéndolo delante de mí. Sin embargo, como todos los arrebatos de locura, había llegado el momento de bajón y llevaba media hora solo mirando las maletas, sin realmente pensar que hacer.

Quería irme, irme muy lejos y olvidarme de todo. La policía me había dejado en paz porque Cece le habría entregado todo lo necesario para dejarme libre. Cece no me hablaría, literalmente, haría que no me acercara a ella. Papá me había quitado lo único que alguna vez me había importado lo suficiente y con la desventura que había tenido en el amor. ¿Qué me quedaba allí. Todas mis amigas tenían su vida hecha. Cada una tenía una vida a parte y no es que les importara mucho la mía. En realidad, era incluso mejor irme de allí lo pensara de la forma en la que lo pensara. Había incluso hecho lo que debía con la familia Fields. ¿Qué coño hacía allí, esperando?

Escucho la puerta de la casa, pero la verdad es que no me importa mucho quien entre. Por mí, como si quieren vender la casa cuando me marchara o quedarse con ella. Nada me importaba, si era sincera conmigo.

Sin embargo, cuando veo quien es; si que llega a importarme el hecho de que se quede con la casa un poco.

-¿Qué demonios haces aquí?- espeto cuando veo a Emily acercarse.

-Tenemos que hablar- dice mientras se sienta a mi lado y toma la copa.

-Esto ya me suena- era como volver a un momento ya vivido.- Te dije que no quería hablar contigo.

-Bueno, pues no hables, escucha entonces- se vé decidida en su toma de la decisión-¿vas a portarte o te voy a obligar?

-¿Obligarme?- me río- Me encantaría ver eso.

Emily se vé enfadada, aunque no me intimida y ella lo sabe. Aunque, para mi sorpresa, si que me va a obligar a escucharla cuando de repente me noto unas esposas en mi brazo y la otra en su muñeca.

-Donde vayas, yo voy- dice – Me vas a tener que escuchar.

-¿Pero que broma es esta? Suéltame- le ordeno enseguida.

En cambio, la única respuesta que obtengo de ella son las llaves, siendo literalmente tragadas por ella.

-Ups...

Aprieto con fuerzas mi puño porque en ese momento, juro que quiero matarla. Matarla sí o sí, pero luego tendría que llevar un cuerpo a rastras conmigo para siempre y no tenía muchas ganas. Además, tendría que tener unas llaves de repuesto por algún lado. Solo tenía que hacer que me las diera.

-Está bien- resoplo, viendo que no tengo otra opción- Ya que eres tan... buena dando razones- no dudo en sacar la ironía- Habla. ¿Qué mentira me vas a decir ahora?

-¿Por qué has pagado el tratamiento de mi padre?

Va directamente al grano

-¿Por qué no? Ya que supuestamente era mi culpa....- me encojo de hombros, mientras me muevo como puedo para poder verla cara a cara- Para que veas que le hago frente a los errores en mi vida...- y aunque sé que le va a doler, le suelto lo siguiente- Ahora mismo me he visto obligada a enfrentarme a uno.

En la cama del enemigo //((completa))//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora