La pierdo

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CAPÍTULO 20:

Nos lleva tiempo hablar. O, más bien, le lleva mucho tiempo a ella hablar.

Aunque después de aquel abrazo, Emily parece un poco más relajada, nos sentamos en el jardín en el balancín que está en el lado derecho de la piscina y con una buena copa de vino, nos dedicamos simplemente a balancearnos y disfrutar de la noche. No hace calor, pero tampoco frío. El cielo está estrellado aquella noche y la luz de la luna crea una atmósfera casi mágica que hace que el ambiente te relaje.

Miro a Emily, está tan metida en su mundo que ni siquiera creo que note que la estoy mirando, al decir verdad. Su rostro está serio, muy tenso. La luz de la luna se refleja en el agua de la piscina y hace que sus ojos brillen. De nuevo, no puedo evitar pensar en lo bella que está, aunque me duela admitirlo.

-¿Puedo preguntarte por estos años?- de repente, Emily comenta.

-¿Dónde he estado?- Emily asiente, tomando un sorbo de su vino- En todas partes y a la vez en ninguna- era verdad.- Supongo que disfrutando del hecho de que tenía dinero para gastar gracias a mi padre.

Emily sonríe finalmente, aunque en su rostro, sigue la preocupación.

-Debe de ser bueno... olvidarse de todo...

-Tú también puedes hacerlo- le digo, cuando gira su cara a mí- Vender todo... Créeme, es lo mejor de hacer la mayoría de las veces.

-Eso lo dices porque tienes dinero- bueno, quizás fuera por eso- ¿has estado en Nassau?- aquella pregunta me extraña.

-¿Por qué lo dices?

-Porque reconozco esa camiseta- la observo, no sé como la podía reconocer- Me encantó cuando fuimos la última vez.... Desgraciadamente, no es que disfrutáramos mucho del viaje...- me mira y sonríe mordiendo su labio- Al menos, turísticamente.

En aquel momento, incluso yo me río. Esa era la Emily que había conocido por primera vez. Al menos, la que me llegó:

-Lo disfrutamos al menos... De una manera u otra....- Emily de nuevo ríe.

-¿En qué más lugares has estado?

-En muchos....- la miro, aunque no creo que le interese mucho- Aunque no creo que te interese mucho los lugares que he visitado. ¿Me equivoco?

Emily no responde, bebe. Su mirada, de nuevo se muestra triste y quiero preguntarle. Aunque me da miedo hacerlo.

-¿Cómo has estado?- le pregunto sin embargo.

Emily me mira y se nota que no sabe que responder:

-He... he estado...- suspira, formando sus palabras en un breve susurro- Te extrañé...- y aquella, finalmente, es la primera vez que hablamos de algo personal.- ¿Tú... tú también me extrañaste?

Pienso en decirle que no, en mentirle, pero la cuestión es esa. Mentirle, ¿por qué mentirle si lo que había hecho era precisamente por lo que aún sentía por ella? Habían sido muchísimas personas. Chicos, chicas... sin embargo, de una manera y otra, siempre era Emily la que terminaba en mi mente. Una y otra vez.

-Mucho...- me sincero.

-¿Por qué no llamaste?

-¿Para qué iba a hacerlo?- era la verdad- Estaba enfadada con todo el mundo. Con papá, conmigo misma, con el mundo... incluso contigo.- respondo cuando veo que de nuevo, su rostro se descompone hasta que queda de nuevo triste- pero estos años he pensado.... Y mucho en lo que pasó.

-¿Y en qué pensaste?- murmura.

Tomo un largo sorbo de vino en ese momento. Mis labios se estaban secando y aunque mi garganta me dolía, el vino lo resuelve algo. Aun así, lo que no resuelve son los nervios que me entran por la respuesta que debo de darle.

En la cama del enemigo //((completa))//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora