Las mentiras tienen las patas cortas

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CAPÍTULO 9:

-Entonces... recopilando. Montaste el... el centro o como quieras decirlo...

-No me gusta la palabra orfanato, simplemente.

-El centro... solo porque... sí.- le vuelvo a asentir- Es...

-¿Qué?- me río, dándole vueltas a los hielos de mi bebida con la pajita- Tampoco es tan difícil de creer, ¿o no?

-Sí... no.- Emily se ríe cuando se contradice con sus palabras- Es simplemente que... Las cosas que me contaron sobre ti... Ahora que te estoy conociendo... nada es como dice la gente.

-La gente dice muchas cosas... Es su trabajo- por desgracia.

Después de visitar el orfanato y que Emily lo viera, volvimos al jep y, tras un largo adiós de los chicos que ese día había en el centro, decidimos ir a uno de los bares de la zona. Disfrutar de la parte comercial de la ciudad. Estamos de vacaciones asique, Emily se pide un mojito, mientras que opto por una caipiriña.

-En fin- le digo- ¿Por qué no me hablas de ti? Siempre hablamos de mí, pero... aun no sé nada de ti- y era la verdad- Solo que tu padre estaba en la armada o está...

Emily se queda callada, mientras que me imita en el movimiento de su pajita en su bebida. De nuevo, ese gesto, el de que parece que está librando una lucha interna. Y ya han sido muchas veces las que se lo he notado.

-¿De verdad quieres saber de mí?- asiento.

-Siempre he notado que no me has dicho la verdad... Intenta por una vez...

-¿Y si no me crees?- río, mojando mis labios en la bebida, dejándome llevar por un momento por la brisa marina que nos trae la playa- Tengo secretos.

-Todo el mundo los tiene- incluso yo- ¿Por qué no intentas ser sincera por una vez? Muchas veces, es bueno hacerlo.

-Como tú con el orfanato- le asiento- ¿Por qué no se lo querías contar a nadie?

-¿Y saber que tengo un lado sensible?- no podía, teniendo el trabajo que tenía.- No, cariño. No puedo...

-Y sin embargo, conmigo has podido...- en aquello, tenía razón.

-Hazme saber que al menos ha merecido la pena abrirme a ti...

Emily suspira, mirándome con su sonrisa en los labios.

-Está bien... ¿qué quieres saber?

-¿Quién es Emily Fields?- no sabía prácticamente nada de ella.

-Emily Fields- repite bajo un murmuro- De padres filipinos, siempre viajé de un lado a otro por el trabajo de mi padre en la armada, en el ejército. Nunca supe realmente la diferencia...- sonríe, con tristeza- No fue hasta hace poco que me quedé en Rosewood y empecé la nueva vida...

-Tuvo que ser duro siempre ir viajando...

-Pero al menos, podía tener a mi padre casi el ochenta por ciento del año... Otras personas, no lo tendrían, ¿no crees?- también tenía razón en ello- El caso es que...Bueno, empecé a nadar y... casi consigo ir a un equipo profesional de natación...

-¿Casi? ¿Qué pasó?

-El dinero- sonríe triste- No todo el mundo somos como tú, Alison...

-Yo no soy como soy... nací- sé que es quizás un poco egoísta por mi parte decirlo, pero sabía por lo que lo decía- Lo siento.

-No...- sonríe- ¿Por qué dices eso?

-Es...- noto mi lengua seca y bebo un largo trago de mi bebida- Hubo un tiempo en el que nunca me dejé guiar por el dinero...- sonrío, al igual que ella, con añoranza- El centro es el ejemplo...

En la cama del enemigo //((completa))//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora