Los problemas llaman a la puerta

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CAPÍTULO 12:

Mientras que por un lado quiero regresar a casa, por otra parte, me quedaba en la isla por siempre. ¿Para qué volver? Todo lo que había pasado en casa habían sido malos momentos tras malos momentos. Si me quedaba en la isla. Bueno, lo único que había pasado habían sido buenos momentos. ¿Por qué no aprovechar aquel momento y tener por fin la paz y la alegría que buscaba?

Sin embargo, allí estaba, de nuevo, de regreso a casa. Miraba las calles, veía a la gente y era como si un nudo que me ahogaba, se volviese a posar en mí. Habían sido cuatro días casi los que había estado fuera. Se me habían demasiado cortos.

Dejo a Emily en su casa, necesita tomar un par de cosas antes de volver a la mía. Además, según ella, era mejor que me enfrentara a lo que fuera que hubiera pasado. Y en parte, creo que tenía razón. Además, todavía estaba la cosa de dar las nuevas sobre nuestra relación. Los problemas y las noticias mejor darlas una a una. Aunque aquello significara que debía de enfrentarme totalmente sola a lo que fuera que hubiera pasado.

Conduzco a la empresa. Son las doce y media de la mañana y seguramente que todo el mundo estaría allí en aquel momento.

Y lo estaban, incluso Jason lo estaba.

-Jason- lo saludo cuando lo veo esperando fuera del despacho- ¿Qué haces aquí?

-Lo mismo que tú- responde abrazándome- ¿Dónde te metiste?

-Larga historia- por ahora, mejor que no lo supiera- ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Hanna?- pregunto, aunque seguramente, conociendo a papá, que estaría despedida.

-Despedida- responde, como no- Nada más te fuiste tú.

-Lo sabía- miro la puerta.- ¿qué pasó?

-Ataque informático. Todas las cuentas, todos los historiales fuera...- aquello era malo para la empresa, demasiado malo- Mamá está con papá. Está furioso.

-Cuéntame algo que no sepa-claro que lo estaría.- ¿has entrado?

-¿Quieres que muera?

Me río. Era verdad que podrías morir, pero en aquel momento, era la única manera de saber lo que pasaba. Miro a Jason y lo único que puedo hacer es resoplar.

Los dos entramos juntos. Este me deja que entre primero.

Como no, papá está gritando cuando entro. Está rojo de rabia y mamá, para mi sorpresa, no está reservada; si no más bien, enfadada. Es la primera vez que no la veo agachada ante los impulsos de papá.

-Ah, por fin llega. ¡Tú, tú eres la culpable!

Ni siquiera he dado un paso dentro de la empresa, que ya papá me está atacando.

-¿De qué coño hablas?- miro a mamá- ¿Qué pasa?

-Tu padre, que cree que tú has sido la del ataque... Por eso desapareciste.- mamá resopla, cuando me responde- Yo que no lo has hecho, ¿verdad?

-Claro que es verdad- además, suficientes problemas había tenido- Yo no atacaría nunca a la empresa. Sobre todo, cuando fui yo la que la sacó de la mierda de trato que querías hacer- le recuerdo a papá- Nunca lo haría.

-Ya, claro.- resopla- Eres capaz de eso y mucho más.

-Yo no he hecho nada- aunque es para nada que me intente defender, es como hablar con una pared cuando papá está asi de enfadado.

-¿Ah sí? ¿Dónde diablos has estado entonces?- se acerca a mí, desafiante- Seguramente te ayudó ese monstruo de "Cece"- me tengo que morder la lengua para no pegarle en aquel momento- Te dije que te envenenaría de la misma forma que ella está enferma...

En la cama del enemigo //((completa))//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora