Episodio seis.

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Derek visitó a Deaton en cuanto amaneció.

Deaton ocupaba el labor de un Maestre en el castillo. Los Maestres son científicos, eruditos, consejeros de la nobleza y, en ocasiones, son religiosos investigadores de lo oculto. Por lo que el hombre, tenía conocimientos sobre todo lo sobrenatural de los siete reinos. Y para Derek, era de mucha ayuda.

– ¿Qué lo trae por aquí, Majestad? – preguntó Deaton sin apartar la vista de un enorme libro que yacía sobre la mesa.

– Tengo una duda – contestó el rey –. Sólo usted puede ayudarme.

El mayor cerró el libro con delicadeza, y se puso de pie para mirar a Derek.

– Dígame entonces en qué puedo ayudar.

El lobo suspiró, cruzando los brazos.

– He perdido el control – murmuró –. No me había pasado desde que era un niño..

– Que extraño – el hombre alzó las cejas –. Faltan días para la próxima Luna llena – miró hacia su escritorio –. Además, un alfa ya no pasa por aquello.

– Pero pasó, y quiero saber porqué.

Deaton caminó hacia un librero repleto de libros, tomando uno de los más grandes, soplando un poco para quitarle el polvo de encima y dejándolo sobre la mesa.

– El comportamiento salvaje se debe a los enojos – dijo mientras abría el libro, haciendo que Derek se acercara –. ¿Se ha enojado mucho?

– Tal vez – observó la escritura –. Era algo de...enojo y decepción.

– ¿Hacia quién?

– Un humano – contestó con voz baja –. Había ganado mi confianza, y me traicionó.

– Sé todo lo que está pasando – cambió de página –. Lo lamento.

Derek asintió, agachando la mirada.

– A lo mejor es eso mismo el porqué perdió el control – añadió –. Está cansado, y se nota que no puede con esto.

– Siempre vivo así – pasó una mano por su cabello –. Sólo que, lo de Isaac, y luego mi hermana, Stiles – suspiró –. Todo es tan...

Deaton puso una mano sobre el hombro de Derek, queriendo transmitirle apoyo.

– Sólo descance – le dijo –. Trataré de investigar el porqué de su descontrol para mantenerlo tranquilo.

– Se lo agradezco..

El Maestre comenzaría a hablar, pero un guardia le interrumpió al entrar a la habitación.

– Majestad, la reina Cora no está en su habitación, y al parecer, tampoco está aquí, en el castillo.

– No puede ser...

***

Boyd bajó a los calabozos con el cuidado de que nadie lo viera, ni siquiera encendió una antorcha y decidió usar los poderes de su visión.

– Stiles – susurró, poniéndose de cuclillas frente a la celda para abrir la chapa de la puertilla –. Necesito que me hagas un favor.

Boyd traía consigo una charola con comida, y un jarro de agua natural para Stiles, lo necesitaba con fuerzas.

– ¿Boyd? – murmuró Stiles, ya que no podía ver mucho –. ¿Qué pasa?

El chico sacó las garras para romper la soga que ataba al humano, oyendo como éste suspiraba de alivio al poder mover las manos y las piernas con algo de torpeza.

The winter is coming...(Sterek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora