The winter is coming...(Sterek)

Episodio cuarenta.

Derek se quedó de pie a mitad del campo, sintiéndose desorientado por todo lo que sucedía; y no sabiendo qué más hacer al respecto.
La breve noticia de que su mate era de la familia Argent lo tenía lo suficientemente distraído como para poder siquiera moverse.

- ¿Se ha cansado tan pronto? - bramó Lydia, quien se acercaba con un corcel a las espaldas del rey.

Derek miró a la banshee, sorprendido de verla viva, aunque algo culpable por notarla también herida.

- Suba, tenemos que ir al castillo - añadió la chica, y Derek no tardó en hacerle caso.

Allison, desde la cima del muro, pudo percatarse de que la banshee y el alpha emprendían camino hacia el castillo, a lo que la Argent soltó un gruñido y llamó a su dragón en cuanto tuvo oportunidad. Antes de que Allison se montara en aquella bestia, Peter se hizo presente a su lado, llevando un gesto de cansancio en el rostro.

- Llévame contigo - pidió el beta, jadeando adolorido, pues había luchado con unos cuántos soldados.

- ¿Sabes montar a un dragón? - bromeó Allison, alzando una ceja.

- No, pero puedo aprender - respondió Peter, golpeando a un soldado que se les acercaba para arrebatarle una lanza de plata -. ¿Y bien? Se nos termina el tiempo.

Allison rodó los ojos, subiéndose al lomo de Victorion para darle la mano a Peter y ayudarlo a subir detrás de ella.

En el cielo, Stiles y Kate llevaban una lucha; para ambos esa guerra se había convertido en algo demasiado personal, era por eso que el reino ya ni siquiera estaba siendo atacado por el temible fuego de Geralys.

Las nubes se pintaban de colores rojizos cada vez que los dragones exhalaban fuego violentamente. Su objetivo no era quemarse, porque no era posible, pero lo que sí buscaban era hacer que uno de los dos cayera del cielo.
Stiles estuvo a punto de caer cuando trató de esquivar el aleteo de Geralys junto a él, pero debido a su ira por luchar, sus manos reaccionaron con instinto y se aferraron a la piel rocosa de Diagon.

- ¡Vamos, Stiles! - gritó Kate mientras volaba junto a su hijo -. ¿Cuánto tiempo más crees que vas a durar así? ¿Eh? Si no caes a la tierra, morirás de un susto - bramó ella, riéndose con exageración luego de dirigir a su dragón por debajo de Diagon y hacer que se ladeara peligrosamente.

- ¡Cuidado, Kate, que esas palabras podrían ser para ti también! - exclamó el castaño, jadeando preocupado al sentir que Diagon daba un rápido giro en el aire para evitar otro empujón por parte de Geralys.

Derek miraba la lucha desde las calles del reino, desesperado por no poder ayudar a su mate en algo como eso. La parte animal de su alma se alimentaba de su propia consciencia cada vez que Stiles parecía ir perdiendo la batalla contra Kate, a lo que Derek sólo le pedía a Lydia que se diera prisa.

El castillo real parecía estar más lejos de lo usual, y el corcel, a pesar de correr con todas sus fuerzas, no era lo suficientemente rápido como ambos querían.

De pronto, la luz del cielo dejó de iluminarlos cuando Victorion voló sobre ellos con lentitud, como si estuviera observándolos.

- ¡Vamos! - exclamó Derek, golpeando las costillas del corcel con sus talones -. ¡Maldita sea!

- ¡Tranquilízate! - gritó Lydia, mirando de reojo al rey, quien se veía realmente ansioso -. ¡Ya casi llegamos al castillo!

- ¡Pero hay un jodido dragón sobre nosotros! - gruñó Derek, suspirando.

- ¡Lo sé, carajo, lo sé! - respondió la banshee, sintiéndose al borde de la locura por culpa de los nervios del momento.

Cuando Derek estuvo a punto de alegar por ello, una lanza se clavó en la pierna izquierda del rey sin dejarlo reaccionar en defensa a tiempo. Un rugido adolorido rompió el viento, e inmediatamente Derek sacó la lanza de su piel con brusquedad.