Episodio cuarenta y uno.

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El dragón que lideraba Stiles cayó sobre la ciudad del reino, aplastando todo a su paso, derribando estructuras y levantando una enorme nube de polvo que cubrió todo el lugar. Stiles cayó del lomo del dragón, rodando sin control sobre el suelo durante unos cuántos metros hasta que su espalda se golpeó contra uno de los escombros, haciéndolo quejarse.

– Maldita sea – maldijo entre dientes, levantándose con lentitud y llevándose una mano al pecho, el cual le dolía más que nada –. Derek...tengo que buscar a Derek – balbuceó, sosteniendo su cuerpo contra una pared que extrañamente había quedado intacta.

Tomó una bocanada de aire, armándose de valor para echarse a caminar en dirección al castillo, el cual se encontraba demasiado lejos de él.

– Derek...– siguió diciendo, cayendo de rodillas al sentir que sus piernas temblaban adoloridas.

– Derek, Derek, Derek – expresó Kate, saliendo de la nube de humo con una espada en su mano derecha –. Pobre miserable, de seguro ya está muerto.

Stiles jadeó de la impresión, arrastrándose por el suelo para alejarse de Kate lo más rápido que pudo.

– Él no puede estar muerto – contradijo el castaño, poniéndose de pie en cuanto tuvo la oportunidad, y haciendo todo lo posible por no caerse.

Sus rodillas sangraban al igual que sus codos, y en su sien izquierda tenía un ligero golpe causado por el brusco impacto tras caer del dragón. Su ropa estaba desgarrada, como si lo hubieran arañado, y su cabello no tenía ningún órden.

– ¿Ah, no? ¿Y por qué no puede morir? ¿Porque es un alpha? – bramó Kate, riéndose burlona –. No me salgas con tonterías, ambos aquí sabemos que Derek es bastante débil como para sobrevivir por segunda vez a esto.

Stiles caminó entre los escombros, huyendo de la mujer que lo seguía sin la necesidad de ir rápido.

– Tú no conoces a Derek – defendió Stiles, gruñendo de dolor cuando el pecho le punzó con violencia.

Kate detuvo su caminata al ver que Stiles se tiraba al suelo, gritando de dolor.

– Tu propio Derek te está matando – bramó ella, alzando la espada hacia Stiles, que seguía sobre el suelo, dándole la espalda a la mujer.

Cuando la espada estuvo a punto de apuñalar a Stiles, un enorme grito de banshee rompió el viento, haciendo que Kate soltara el arma y se cubriera los oídos con las manos, cerrando sus ojos con fuerza. El castaño, por su parte, imitó los movimientos de Kate, jadeando adolorido por culpa de las vibraciones que enviaba el grito hacia su pecho.

– Hija de perra – gruñó la Argent, divisando a Lydia, que salía de entre los escombros luego de dejar de gritar.

En cuanto el grito se esfumó, Kate fue golpeada fuertemente por la espalda, cayéndose sin poder evitarlo y raspando sus rodillas con las piedras del suelo.

Stiles se movió sorprendido, sintiendo que Lydia lo tomaba de los brazos para ayudarle a ponerse de pie, aún sosteniéndose de los hombros de la chica.

– Lydia...– enunció con asombro, y ella sólo empezó a caminar.

Rápidamente la Argent se puso de pie con un salto, dándose cuenta de que los gemelos Aiden y Ethan estaban frente a ella, con sus espadas listas.

– Vaya, vaya, vaya...– expresó ella, tronando sus nudillos –. Nunca había visto a un par de gemelos.

– Aprovecha entonces, porque tal vez somos lo último que verás – respondió Aiden, acercándose a la mujer para comenzar a luchar con ella.

The winter is coming...(Sterek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora