El arte más viejo de la humanidad consiste
En ocultar aquello que nos vuelve tristes,
Mentiras le llaman muchos sin saber
Que mentir es la respuesta cuando no se sabe qué hacer.
Esta es mi victoriosa confesión
La digo sin afán de obtener absolución,
La escupo como escupe el rumiante los residuos,
La lanzo como un practicante exiguo.
Mentí -¿yo mentí?-, sí.
Mentí, menos por capricho y más por necesidad.
Mentí para mantener intacta la vanidad,
Para no ser testigo de mi propia caída,
Porque encontré en la mentira la puerta de huida.
Mentí por lujo, sin perder el estilo,
Sin dejar que la mentira pendiera de un hilo.
Mentí para ahorrarme la explicación,
Para borrar de mi mente la decepción.
Habrá quien me juzgue de embustero
Y juzgará bien, aunque primero
Debería examinar las huellas que ha dejado
En cada lugar donde mintiendo ha pasado.
No me avergüenzo de mi mentira, al contrario,
La lustro con amor a diario.
Porque torcí de a poco el difícil sendero,
Porque eso me obligó a no llegar primero.
Las mentiras tienen antes y después,
Y quien miente, mentiroso es,
Yo preferí mentir, dejando al fondo la nobleza,
Para evitar el llanto y los dolores de cabeza.
Usted que me lee dirá que soy descarado,
Y yo le digo que lo soy, sin enfado.
Porque prefiero mentir y confesarme culpable,
Que hipócritamente recibir sonrisa amable.
Toda mentira tiene final trágico,
Pero en todo eso hay un sentido mágico,
Liberarse de una cruz, crucificarse en ella,
Pero al final salir del fondo de la botella.
Espero no perturbarlos con tan dura confesión,
A veces es bueno quitar la máscara de profesión.
Y andar de a ratos sin tener desliz
Y mentir cuando de eso dependa ser feliz.
Si usted ha mentido y la mentira le atormenta,
No diga la verdad, contra su vida atenta.
Deje que la mentira busque por donde salir,
Dele a la mentira su lugar para mentir.
Y cuando la mentira salga a la luz
Feliz tome camino en avión o autobús;
No baje la cabeza, no decaiga,
Que dicen que no hay mal que al final un bien no traiga.
Jandir 24/May/17