Ella era la mujer perfecta que imaginaba en lienzos de cartón arrugado,
Yo era el inseguro que no sabía cómo pintarla.
El tiempo me fue ayudando a trazar sus suspiros ahogados,
Y él mismo, el juez que demeritó el boceto que no me llevó a amar.
Ella era la mujer perfecta que imaginaba en lienzos de cartón arrugado,
Yo era el inseguro que no sabía cómo pintarla.
El tiempo me fue ayudando a trazar sus suspiros ahogados,
Y él mismo, el juez que demeritó el boceto que no me llevó a amar.