Se me hace costumbre extrañarte más de noche que de día. Noches para una crisis, dice Sabina. La luna ya no sale y tus caricias en forma de letras ya no me llegan. Ya no me escribís diciendo que me querés, ni mucho menos que no conseguís olvidarme... La almohada es testigo de cuánto he llegado a amarte, las cobijas se desvelan conmigo y los cafés ya no bastan para tanta noche sin dormir. Lo cierto es que, te extraño más que siempre y por más que quiera olvidarte, ya no consigo hacerlo. Mi mente te precisa a cada instante, cuando es de noche, quizás porque las cenicientas sólo aparecen por las noches. Lo cierto es que a vos, se te acabó el encanto y a mi las formas y las ganas para vivir, por lo menos en estas mis noches de soledad. Lo cierto es que no encuentro qué escribir y que cada palabra escrita duele. Lo cierto es que te amo y no se me ocurre hacer nada más que eso en la vida, lo cierto es que nada es cierto hoy día y que nada tiene sentido sin vos y que los minutos me atenazan el alma y que te extraño sin más remedio que hacerlo lo mejor que pueda.