Ya no regreses, cuando el mes de abril haya vuelto al calendario,
cuando la musa se cambie de ropa y se quite el maquillaje,
cuando la CIA de mis manos pierdan de tu cuerpo el espionaje,
cuando no te extrañe siempre, cuando no te quiera diario.
Ya no regreses, cuando el sol haya ganado la subasta del calor,
cuando las paredes de mi cuarto manchen de nostalgia el desamor,
cuando se desvistan las mariposas sueltas del colchón,
cuando la alborada cante los desesperados ecos del adios.
Ya no regreses, cuando la primavera se olvide de cantar los poemas de Joaquín,
cuando el silencio haya vencido el póstumo hechizo de faquir,
cuando las amapolas lloren en medio de las sonrisas del cielo,
ya no regreses, cuando el pez muera por un diferente anzuelo.
Ya no regreses, que corro el riesgo de volver,
que no quiero volverte a ver,
que las mentiras se tatuaron en mi piel,
que me arrancaste, con tu amargura, la miel...
