Epílogo

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Cuando la lluvia cese,

El invierno decaiga en el olvido,

Las golondrinas aparquen en el capó de un coche vacío,

Los arcoíris recuerden el diluvio

Y la desidia.

Cuando la marcha a degüello nos encuentre en el campo de batalla

Y las armas se depongan en Cirene

Y los libros se quemen con gas en los estantes,

La virgen del deseo se haya ido más pronto que antes,

La séptima trompeta resuene.

Cuando el presente sea lo único valioso que nos quede,

El pasado nos reclame,

Los carricoches pierdan la dirección

Y los baches me inflamen la razón

Y los consejos afloren y los huesos decaigan

Y la cama -con vehemencia- nos llame.

Cuando el ángel negro arrope contra el frío de los años

Y el final sea inminente

Y el alzheimer sea el pan multiplicado

Y los peces el asilo

Y los hijos en sigilo

Y el exiguo cariño y la desesperanza inclemente.

Cuando florezca en otoño la caminata de la silla,

Cuando huyan de mí las bocas a las que di de comer,

Cuando ver hacia atrás golpee el cristal de la retina

Y la tristeza repentina

Y los testamentos.

Cuando la dama blanca me perfore las manos

Y las drogas me pierdan

Y el silencio inunde la calma

Y las venas pierdan el alma

Y los mensajes préstumos

Y la posguerra.

Cuando todo haya sido en vano,

Cuando se haya aprendido lo suficiente de lo no practicado

Y la duda juegue

Y el miedo ciegue

Y la inconsciencia no de paso a lo siguiente:

¡Ya habrá que morirse!

Cíclope.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora