Usted, mezcla de prohibido, sorbo de café.
Arañando en los recuerdos me encontré con usted,
Con sus detalles dentro de una botella de cristal,
Con su sonrisa encriptada, con su voz de recital.
Usted, augurio de promesas sin cumplir.
La recuerdo y se me olvida vivir.
Me han llegado cartas de oriente, proclamando libertad,
Yo sigo a la espera de su despertar.
Usted, híbrido de olvido y desamor.
Recuerdo sus andanzas sobre mi dolor.
Usted es mi torre de Babel en ruinas,
La herida de mi costado, la que anuncia la huida.
Usted, mi corazón subastado en algún lugar.
Recuerdo su sabor a sal, sus ojos de mar.
Guitarra de la mañana, canción de invierno,
Amasijo de locura y amor en el infierno.
Usted, princesa de Emaús, la retirada.
Reina en Edesa, ni en sueños despreciada.
Hasta Joaquín se enamora de usted,
Y yo que al inmoral juego de dejarla me presté.
