Cuando alguien me pregunta quién soy, digo que soy un cretino, que además canta y escribe canciones, que le miente a la soledad y que es irrevocablemente indisciplinado a la hora en que precisa no serlo.
Cuando alguien me pregunta quién soy, digo que soy el chico que jugaba al fútbol con las zapatillas de ir a la escuela, que además soy el que escribe prosa porque no puede enlazar dos versos sin antes vomitar.
Cuando alguien me pregunta quién soy, respondo que soy yo y que siempre lo he sido, el tipo del exilio constante y del no saber dónde estará mañana, que además quiere a mucha gente y nunca lo demuestra no sé si por miedo o por inteligencia.
Cuando alguien me pregunta quién soy, digo que el tipo que odia los calendarios y las fechas impuestas, que además escucha a Silvio, Serrat y Sabina y que por ningún motivo dejaría de escucharlos.
Cuando alguien me pregunta quién soy, digo que soy el que fui, que no me considero ni vivo ni muerto, que sólo existo y me he dedicado a la tarea de darle un sentido a ese existir casi obligado del universo.
Cuando alguien me pregunta quién soy, digo que soy un canalla trovador, envidioso y truán, que apuesta poco y siempre gana mucho, que además soy titiritero de mí mismo y no soy tan bueno haciendo lo que hago.
Cuando alguien me pregunta quién soy, digo que soy el único egocentrista que puede estar a estas horas de la madrugada, llenando los pulmones de alquitrán y escribiendo sobre sí mismo, para gente a la que no le importa saber qué pienso de mí, ni qué es de mi vida.
Cuando alguien me pregunta quién soy, digo que soy y que nada me llena más que ser... No sé qué, pero ser.