8

31 4 0
                                    


Aquellos días paseaba lejos de casa,
la vi y me vio sin pronunciar palabra,
eran días grises de un abril acomplejado,
me llamó mucho la atención la marcha de sus pies cansados.

Yo no me atrevía siquiera a acercarme,
cada vez que la veía intentaba escaparme,
le hablé por fin un miércoles a las siete,
no había niña tan linda que la que tenía enfrente.

Y a partir de entonces se convirtió en mi pensamiento,
la luna y las estrellas ya no alumbraban el firmamento,
era su voz, sus ojos, sus lunares, su cabello,
eran mis ganas de besarla muy despacio entre su cuello.

Salimos sin pensar que jugábamos a enamorarnos,
la idea de tenernos terminó un día por cegarnos,
y hoy que se ha ido todo es oscuridad sin frenos,
y hoy que más la extraño, ella se irá aún más lejos.

No te vayas, que el amor ya no es lo mismo si te vas,
no te vayas, que los días pierden el neón cuando no estás,
que el amor eran tus besos, suaves, tristes y calmos,
que el amor son tus pies pequeños, que miran y preguntan, ¿dónde vamos?

Cíclope.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora