Desde que La Higuera se convirtiera en su sepulcro
Su leyenda aumentó su mitológica faz.
Hoy es un héroe, no precisamente pulcro,
Hoy es un estandarte de una revolución con antifaz.
Desde que la Cuba de Batista le abriera las piernas
Como esas damas a punto de vender amor,
El voraz lector, estudiante de mente abierta
Se fue colando entre los que mueren sin dolor.
¡Salve, Che!
Incansable antiimperialista.
Hoy la historia se llena la boca con ironía,
Un poco más pisoteada y amarillista,
Tu imagen es signo de dólar en camisas y taquillas.
¡Salve, Che!
Eterno defensor de la libre expresión,
La revolución se olvidó de lapidar con vos la represión,
Y la traición y la desilusión y la desigualdad del hombre.
Al final seguimos luchando contra los mismos, con diferente nombre.
¡Salve, Che!
Porque te fuiste con la dignidad intacta.
Hoy serías un sicario más, olvidando el ideal.
Hoy necesitamos de más hombres que compartan
Tu sentido de luchar por lo que se cree, sin dejar de ser real.
¡Salve, Che!
Fuiste estandarte de la búsqueda constante.
Tu sangre sea el linaje de nuestra revolución.
Al caballero que de la América Latina es fiel amante
Sea la victoria para siempre, comandante.