Infinito Placer (Segunda parte de Un Placer Haberte Conocido)

Prólogo

Uno no elige la vida que quiere tener, la vida escoge por ti y de eso estoy completamente seguro porque la que eligieron para mí fue una llena de tristeza y oscuridad y eso lo puedo demostrar.
Tengo un padre que lo único que quiere es seguir llenando de millones su cuenta bancaria y con eso seguir acostándose con la primera mujer que se le cruce. Tengo una madre que lo único que hace es amar incondicionalmente al miserable de su esposo y que jamás se enfrentaría a él a pesar de la vida tan infeliz que lleva a su lado.
¿En qué me favorece esta vida de mierda?
Tener la libertad que siempre deseé. Tener lo que me plazca a la hora que quiera, tirar con la mujer que yo desee, embriagarme sin pedir permiso a nadie y muchas cosas más que solo una vida así te pueda dar. Pero eso cambió cuando la conocí a ella.
Su belleza era única e incomparable, su inocencia me hacían enamorarme más de ella y esos labios carnosos me volvían adicto a ella. Tan pura, tan angelical.
Miranda era la mujer que me demostraría que la vida a veces puede ser buena y que no todo está perdido.
<<Cásate conmigo, quiero mi vida contigo. Sé mía y yo seré tuyo por el resto de nuestras vidas>>.
Estúpidas palabras dirigidas a una mujer que no merece el amor de nadie.
Pensé que sería mi salvación, pensé que me libraría de la vida tan miserable que tenía sin embargo me hundió aún más y me demostró que jamás tendría paz, ni luz, que me sacara de esa oscuridad llamada vida.
Juré odiarla para siempre.
Juré que jamás volvería atormentar mi vida con su sola presencia, pero no cumplí mi palabra.
Conocer a una mujer con un alma tan pura hizo que rompiera mi propio juramento. Perdoné a esa infeliz para consentir a la mujer que ahora amo y deseo tener para toda mi vida, la única mujer que me enseñó el verdadero placer, sin pensar que ese demonio del pasado terminaría destrozándome la vida una vez más, separándome de mi luz y de mi nueva esperanza para ser feliz.