Capítulo 4

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Llevo casi una semana en el hospital y mi única petición es regresar a casa.
Nunca me gustó estar en un hospital, así sea de visitante, y lo que estoy viviendo no se lo deseo a nadie.
<<Ni siquiera a ella>>
Mi abultado abdomen cada vez va desapareciendo. Ya no sentir alguien dentro de mí es una sensación tan dolorosa; extraño a mi hijo, y siempre lo llevaré en mi corazón.
Noah ha venido un par de veces a mi cuarto. Esas veces no lo he tratando tan mal como la primera pero si lo he tratado de una manera más fría y distante.
Noah está al pendiente de mi salud, me lo comenta mi madre pero eso no evitó que ella y Lauren le restregaran en la cara su mala acción. Después de enterarme de eso gracias a la enfermera Collins, les he pedido que no vuelvan a atormentar a Noah ya que no solo él es culpable.
Aún no hablo con él sobre la separación, es un tema delicado y por el bien de ambos es mejor hacerlo en un lugar adecuado donde yo no esté echada en una cama.
En estos últimos días solo he recibido visitas de mi madre, de Lauren y de Noah; eso es algo que me tiene no tan contenta porque desearía que alguien más venga a verme.
<<Lo necesitas>> dice una voz dentro de mí.
<<Demasiado>> le respondo.
Chad ha sido y es alguien muy especial en vida, es el hombre que quiero y el hombre que debe estar ahora odiándome por haberlo dejado por Noah.
Chad es muy orgulloso y haberle echo eso no...
El sonido de pasos acercándose a mí me alejan de mis pensamientos y el corazón me empieza a latir tan rápido que siento que se me va a salir del pecho.
<<Está aquí>>
-Hola -dice nervioso rascándose la cabeza.
Es imposible que Chad esté aquí, lo extraño tanto que ya me lo estoy imaginando.
Cierro los ojos y los vuelvo abrir para ver si Chad ha desaparecido pero no, realmente está aquí.
-Me enteré lo del accidente y regresé inmediatamente de Georgia... Siento mucho lo de tu bebé, en serio -continúa hablando y vuelvo a sentir esas cosquillas en el estómago que solo él me hace sentir.
-¿Lauren te contó todo lo qué pasó? -pregunto mirándolo a los ojos.
-No, claro que no -niega nervioso pero de todas formas es evidente que Lauren se lo ha contado todo.
Frunzo el ceño y le digo con la mirada que su negativa es falsa.
-Está bien sí, ella me lo contó todo- admite-.
-¿Te contó lo de Noah?
-Sí.
Nos quedamos callados por unos instantes y decido romper ese incómodo silencio.
-Me lo advertiste- digo y Chad me mira incrédulo-. Me dijiste que Miranda era una mujer mala y yo te obligué para que la perdonarás, soy una idiota -digo con rabia.
-No lo eres. Todos caímos en su trampa. Lamento que hayas descubierto a Noah con ella.
-No te preocupes, me lo merezco -contesto con una ligera sonrisa en los labios.
Estamos cerca pero a la vez alejados. Nuestros cuerpos nos piden que nos unamos, que seamos uno pero los nervios nos los impide. Quiero sentir a Chad cerca a mí, que me envuelva en sus brazos y que me diga que me quiere.
-Estás hermosa -pronuncia mirándome fijamente a los ojos.
-Echada en la cama de un hospital sin poder ni siquiera peinarme... -bromeo y Chad en respuesta me muestra una de sus perfectas sonrisas-. Gracias. Gracias por haber venido a pesar de todo.
-Dije que estaría siempre para ti.
Escuchar eso me da una seguridad inexplicable, cerca a él me siento protegida, cerca a él siento tranquilidad, cerca a él siento que al fin puedo ser feliz.
-¿Te puedo pedir un favor? -le pregunto fingiendo seriedad.
-Claro, el que quieras -contesta nervioso, al parecer el tono que he utilizado lo ha puesto así, veo como traga saliva con dificultad.
-¿Me puedes dar un abrazo?
La tensión de Chad baja y se sorprende ante mi petición.
Me levanto un poco de la cama y en menos de cinco segundos Chad me rodea con sus grandes brazos.
Como extrañaba estar entre ellos; sentir su calor y oler su aroma  nuevamente hace que mi corazón palpite más de lo normal.
Chad entierra su rostro en mi cuello y escucho un sollozo por parte de él.
-No me hubiera perdonado si te pasaba algo -dice cerca a mi oído-. Eres lo único bueno que tengo en esta vida.
Empiezo a derramar lágrimas al escucharlo decir eso y lo alejo un poco de mí para ver sus increíbles ojos grises y como estos botan lágrimas de tristeza.
-Te extrañe -confieso acariciándole  la mejilla húmeda con mi mano-. No sabes cuánto te necesitaba a mi lado.
-Y yo te necesitaba a ti y pensar que te hubiera pasado algo malo por mi culpa...
-No es tu culpa Chad, no lo es.
Acaricio a Chad como si fuera un niño que necesita consuelo, él no deja de llorar y mi deber es cuidarlo ahora que se siente indefenso.
-Si lo es... Miranda es uno de mis demonios del pasado, es mi culpa por eso que tú estés aquí.
-Tú no tienes nada de culpa, aquí los únicos culpables somos Noah y yo.
-¿Por qué dices eso?
Chad me mira confundido ante mi confesión.
-Eso no importa. Lo único que te pido es que no te sientas culpable porque no lo eres.
Evito a que vuelva a preguntar recorriendo con mis dedos su labio inferior.
Quiero sentir el sabor de sus labios otra vez.
Chad baja su mirada a mis labios y toma posesión de ellos.
Su sabor es único, jamás me había sentido tan a gusto en los labios de alguien.
Chad me besa de una manera tierna, recorriendo con su lengua cada parte de mi boca.
Coloca sus manos en mis mejillas para intensificar un poco más el beso y yo paso mis manos por su perfecta cabellera enmarañada.
-Te quiero Allie, te quiero demasiado que ya no puedo imaginar una vida sin ti. -Dice cerca a mis labios y mi sonrisa no cabe en mi rostro de tanta felicidad.
Esta vez soy yo la que pega sus labios al de él y lo convierto en un beso más pasional, lleno de deseo y de amor.
-¡Allie! -exclama alguien dentro del cuarto y cuando me separo de Chad veo a Noah parado en el umbral de la puerta.
Esta no era la forma que quería para que Noah se enterara de todo, no lo era.

Infinito Placer (Segunda parte de Un Placer Haberte Conocido) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora