Epílogo

199 16 0
                                    

5 años después...

Regreso de Racing Crew y ella me recibe apenas abro la puerta.
-Al fin, al fin llegaste -dice abrazándome la pierna y yo rápidamente la levanto para darle un beso.
-¿Como está la princesa de esta casa? -pregunto y ella se ríe traviesa.
-Feliz porque papi llegó -contesta mi pequeña hija.
Yo sonrío y le beso todo el rostro.
Camino hasta la cocina con Abril en brazos y me encuentro con la otra mujer de la que estoy enamorado.
-Hola mi amor -dice Allie emocionada y deja de amasar la masa que está preparando para besarme.
Abril se tapa los ojos cuando Allie y yo nos damos el beso. Nos reímos de nuestra pequeña hija y ambos le besamos cada uno de sus regordetes cachetes.
-¿Por qué no vas a traerle la sorpresa que tienes para papi? -le dice Allie a Abril. Ella asiente, hace que la baje y rápidamente sale de la cocina.
-¿Como está usted, señora Stone? -rodeo la cintura de Allie con mis brazos y ella me rodea el cuello con los suyos.
-Muy bien, señor Stone. Preparando su postre favorito -fijamos unos segundos nuestras miradas en la masa para luego volver a vernos.
-¿Estamos celebrando algo en especial?
-Puede que si. Tal vez estemos celebrando lo bien que te está yendo con Racing Crew -me quita a corbata que llevo puesta.
Después de comprar definitivamente Racing Crew a Fred, empecé a trabajar arduamente, con la ayuda de Allie, para que esta pista de carreras se convierta no solo la mejor en Washington DC sino también en todo el país. Hemos abierto muchas sucursales en estos 5 años, 20 para ser exactos. Ahora Racing Crew no solo es una pista de carreras para motos sino también para autos y los distintos tipos concursos de carrera que puede haber.
Junto a Allie hemos hecho que esta empresa sea netamente nuestra y que gracias a ella podamos vivir en este hermoso lugar al que llamamos nuestro hogar.
Mi vida junto a Allie estos últimos 5 años han sido los mejores de toda mi vida. He conseguido lo que jamás pensé lograr, una familia.
Aún recuerdo la vez que le pedí que sea mi esposa a Allie en el hospital para luego sorprenderla en nuestro lugar de siempre y pedirle formalmente con anillo en mano que comparta su vida conmigo. En ambos momentos dijo que si, con lágrimas en los ojos. El día de nuestra boda fue el mejor día de mi vida, iba finalmente ser esposo de la mujer que me cambió la vida. No voy a negar que estaba nervioso pero estaba seguro, seguro que ella si vendría y así lo hizo. Cuando llegó a la iglesia, vi frente a mí a la mujer más hermosa que hubiera visto, sus ojos color miel resaltaban de tal forma que sentía que me hechizaban, sus labios pintados de un rosa no tan fuerte me pedían a gritos que los devorara y su cabello largo color castaño caían perfectamente sobre sus hombros. Estaba hecha toda una princesa y yo era el sapo afortunado que logró conquistarla.
-Papi, papi. Mira, ven -llama mi pequeña desde la sala.
Allie y yo vamos al encuentro con ella, tomados de la mano.
Cuando me siento en la sofá, Allie toma a Abril en sus brazos para sentarla sobre mi regazo y regresar a la cocina.
-Papi cierra los ojos -me ordena.
Yo cierro los ojos y siento cómo ella  abre la hoja que tenía enrollado en su mano.
-¡Ya, ábrelos! -cuando lo hago veo una imagen que me hace sentir el hombre más afortunado del mundo.
En la hoja están dibujados tres personas, cada uno con un color de crayola diferente, como título dice "Mi familia" y más abajo "Los Quiero".
-Estos somos nosotros -dice mi dulce Abril-. Aquí estás tú, el más altote, aquí mami, la más bonita y en el medio yo, la más pequeña.
Yo sonrío y los ojos se me llenan de lágrimas. Beso la mejilla de mi hija, aquella personita que completó mi vida el día que supe de su existencia.
Cuando Allie quedó embarazada hace cuatro años, recuerdo que estaba muy nerviosa y con demasiado miedo. Tras la pérdida de su primer hijo, ella me pidió que le diera tiempo para que ella se sienta completamente lista y quiera ser madre nuevamente, yo le dije que esperaría todo el tiempo que necesitará para sentirse preparada, no quería que ella se sienta presionada por mis ganas de ser padre. Si, luego de casarme con Allie me di cuenta que quería ser padre con todas mis ansias, tal vez sea imposible de creerlo pero ella cambió mi perspectiva de la vida. Al enterarme que íbamos a ser padres, vi el temor pero a la vez un brillo único en sus ojos. Nuevamente ella me hacía sentir el hombre más feliz. Es así como llegó a nuestras vidas Abril, la pequeña que cambió todo nuestro mundo para siempre.
-Es un dibujo hermoso, mi pequeña -digo emocionado y Abril me limpia la lágrima que cae por mi mejilla-. Te quiero, mi amor.
-Te quiero, papi.
Luego de jugar con Abril y ayudarla con algunas de sus tareas, se queda dormida y la llevo a su dormitorio. Regreso a la cocina y veo cómo mi otra pequeña saca la bandeja de brownies de chocolate del horno.
-¿Se quedó dormida?
-Como una piedra.
-Típico de Abril -dice Allie con una risita-. Guardaré sus brownies para mañana.
Yo camino hacia ella y la beso, sin decir nada.
Disfruto de esos cálidos labios con un ligero sabor a chocolate que me enloquece.
-Eres lo que nunca pensé que me iba a pasar -pronuncio sobre sus labios.
-Y tú eres lo que siempre estuve buscando -responde Allie y vuelve a pegar sus labios con los míos.
Ella me hace retroceder mientras nos besamos y sin darme cuenta ya estamos en nuestra habitación.
Me recuesta sobre la cama y se levanta para quitarse el mandil, la blusa y el pantalón.
Se sube a mi regazo y me besa el cuello. Desabotona mi camisa con rapidez y me lo quita, hace lo mismo con mis pantalones y zapatos.
Yo acaricio su espalda y le quito el brasier, nuestros pechos están unidos y nuestros latidos se hacen uno.
Acaricio su sexo con mis dedos y mi esposa jadea en mis oídos. Terminamos de sacarnos todo, yo la pongo debajo de mí y me introduzco en ella.
No hay mejor lugar que dentro de mi Allie, mi novia, esposa, amante. Entro y salgo de ella, sus jadeos no son tan fuertes pero si lo bastante excitantes para ponerme más duro de lo que estoy.
-Córrete para mí, mi amor. Quiero que te vengas -murmuro en su oído y siento cómo llega al clímax al igual que yo.
-Ha sido un placer haberte conocido y ese placer lo has convertido en infinito -digo acariciando cada centímetro de su cuerpo.
-El placer siempre ha sido mío, mi amor.

Infinito Placer (Segunda parte de Un Placer Haberte Conocido) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora