Capítulo 2

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A la mañana siguiente, muy temprano el doctor Davis y la enferma entran al dormitorio para saber cómo estoy.
-No tan bien. Siento un gran vacío dentro de mí y un dolor en el vientre... ¡Por favor doctor! Dígame cómo está mi bebé, no he podido dormir toda la noche pensando en él, se lo ruego... dígame cómo está.
El doctor empieza a revisar unos documentos y luego me mira compasivo.
-La noticia que le voy a dar es muy complicado y no debe asumirlo usted sola. Señorita Collins por favor dígale a la madre de la paciente que por favor ingrese -le ordena a la enferma.
Ella asiente y sale del cuarto para regresar junto con mi madre.
-Hola mi amor, ¿cómo estás? -dice mi madre acercándose a mí rápidamente.
-Aún no tengo respuestas de mi bebé, mamá -contesto cabizbaja.
-Señora Miller, lo que le tengo que decir será muy difícil para usted pero queremos pedirle que por favor no se altere ya que eso puede dañar su salud -dice el doctor firmemente y yo empiezo a temblar de nervios.
-¿Mi hijo se encuentra grave verdad? -pregunto entre sollozos.
Mi madre empieza a llorar y me rodea con sus brazos antes de recibir la peor noticia que puede recibir una madre.
-No pudimos salvar a su hijo señora Miller, lo lamentamos mucho.
Siento como el corazón se me desgarra al escuchar esas palabras saliendo de la boca del doctor.
<<Mi hijo. Mi Noah Jhael>>
-No doctor, no me puede decir eso. ¡Mi hijo no puede estar muerto, no puede estar muerto! -grito desesperada y el llanto se vuelve más intenso al igual que el dolor en mi alma.
-Lo siento mucho mi amor, lo siento mucho -pronuncia mi madre acariciándome el cabello y abrazándome muy fuerte.
No puedo creer lo que estoy viviendo. He fallado como madre. Le he fallado a mi hijo.
-El golpe que recibiste al caer de las escaleras provocaron un aborto. Intentamos salvar al niño pero fue imposible -afirma el doctor.
Escuchar al doctor hablar sobre el accidente, hace que todos los recuerdos vengan a mi mente.
<<Él y ella teniendo sexo en su oficina.>>
He perdido a mi bebé por culpa de Noah. Si jamás los hubiera visto jamás hubiera perdido a mi hijo.
Noah es el único culpable...

Después de unas horas, me siento un poco más tranquila pero el dolor en mi interior aún no cesa y jamás cesará.
Acaricio mi vientre aún abultado y recuerdo las pataditas que me daba mi hijo. Recuerdo cómo se movía dentro de mí. Había imaginado su rostro, su sonrisa, sus ojos. Mi hijo iba a ser perfecto...
El sonido de la puerta abriéndose me distrae de mis tristes pensamientos y al darme cuenta de quién está parado en el umbral de la puerta, la furia se apodera de mí.
-¿Qué estás haciendo aquí? No quiero verte, ¡lárgate! -digo alzando la voz y Noah me mira con arrepentimiento.
-Allie, cariño perdóname. Yo no quería que esto ocurriera -dice con lágrimas en los ojos acercándose a mi cama.
-¡Por tu culpa perdí a mi hijo! ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué?
Las lágrimas no se hacen esperar y recorren mi rostro. Siento rabia y dolor al mismo tiempo. Rabia de no poder haber salvado a mi hijo de las consecuencias de una traición y dolor por haberlo perdido.
-Soy culpable, lo sé. No sabes cómo me duele la pérdida de nuestro hijo, Allie. Me deje cegar por la lujuria y el placer. Te pido que me perdones cariño, te ruego que...
-No vuelvas a decirme cariño nunca más en tu vida. Pensé que eras distinto, creí... que eras alguien especial, que jamás caería en la tentación pero eres peor. No merecías ser el padre de ese niño inocente. ¡No lo merecías!
El dolor es más fuerte y hace que diga todo eso antes de procesarlas en mi cabeza.
Sé que no debería juzgar a Noah porque yo también falté a nuestro matrimonio, caí en el placer pecaminoso aunque ese placer cada vez se convertía en algo más profundo.
-Merezco tu desprecio y más. Pero lo único que te pido es que me perdones. Perdóname Allie, te lo ruego -dice suplicante sin dejar de llorar.
-No puedo perdonar al hombre que hizo que perdiera a mi hijo. Jamás te perdonare Noah, jamás. Ahora vete, necesito estar sola.
Intento levantarme de la cama para alejar a Noah de mí. Él intenta abrazarme pero yo se lo impido. Tan solo su cercanía me hace recordar esos momentos donde lo vi con esa.
Jamás hubiera imaginado que la persona que me daría la felicidad más grande se convertiría en la persona que me daría el dolor más grande que una madre primeriza pueda sentir.

Infinito Placer (Segunda parte de Un Placer Haberte Conocido) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora