Capítulo 12

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Estos días han sido más tranquilo para el bienestar mío y de Noah; él ha empezado a salir mucho más sin decirme nada lo que me relaja un poco. Tener a Noah siempre al lado mío sin dejar que pueda ni siquiera acercarme al teléfono ha sido intolerable pero ahora eso ha cambiado, gracias al cielo.
No he recibido señales de Chad, ni mucho menos noticias sobre él. Le pregunté a Lauren por él pero ella no puede verlo por lo ocupada que está gracias a su trabajo.
Esta tarde he decidido ir y buscar a Chad, siento que no debería hacerlo pero la última vez que nos vimos él se tomó muy mal el haberle pedido que me deje a solas con Noah; debería ir a explicarle lo que sucedió y ya que Noah me ha devuelto algo de libertad, tengo que aprovechar.
Estoy apunto de salir de casa cuando Noah entra al apartamento tambaleándose y con un aspecto desagradable.
-¡Allie! ¿Qué estás haciendo? -Noah recorre su mirada por todo mi cuerpo y se pone serio-. ¿Ibas a salir? ¿Ibas ir a buscarlo?
Al verme descubierta no respondo y camino hacia el centro de la sala.
-¿Así que querías ir a verlo? No puedo creer que a pesar de todo aún sigas pensando en ese imbécil -dice Noah cerrando la puerta principal detrás de él.
-Solo quería salir un momento.
-Claro para ir corriendo a sus brazos, no me tomes de ingenuo Allie.
-Estás borracho -digo firme mirándolo a los ojos.
-Sí... -afirma con descaro-. ¿Algún problema con eso? Últimamente mi vida te interesa muy poco -se quita la chompa de cachemira negra tirándola al suelo empezando a reírse.
-Aún soy tu esposa así que me incomoda ver a mi esposo casi cayéndose de borracho -contraataco.
-No te comportes como una esposa ofendida. Ahora respóndeme. ¿Querías ir a ver a tu amante?
-Sí, quería buscar a Chad -respondo enfrentándome a él.
Los ojos de Noah se oscurecen.
-Ya no soporto estar encerrada en mi propia casa. ¡Me has quitado mi libertad! Nunca pensé que llegarías a tanto.
-Lo hice por tu bienestar y el mío -quita sus ojos de mí y me aparta delicadamente de los hombros.
-¿Mi bienestar? -pregunto con incredulidad.
-Creía que si no lo volvías a ver... te olvidarías definitivamente de él.
-¿Y por eso me mantienes aquí encerrada? ¡Soy tu esposa no tu prisionera! Te he dicho muchas veces que estoy enamorada de él y aunque me encierres lo seguiré estando.
Noah toma la lámpara de la mesa central de la sala y lo lanza contra la pared.
-¡Cállate! No vuelvas a decir eso frente a mí.
Los ojos se me quedan abierto como platos ante la reacción de Noah.
-No podemos seguir así, terminaremos odiándonos y yo no quiero odiarte -confieso.
Me acerco lentamente hacia él y tomo sus manos con temor dispuesta a tranquilizarlo.
-Fuiste el primer hombre que quise, eres alguien muy especial en mi vida -resoplo-. Yo me idealice un matrimonio eterno contigo, siendo una familia feliz sin embargo, jamás imagine que me enamoraría de alguien más y te pido perdón por eso pero ya no puedes hacer nada para que deje de quererlo, ni yo tampoco puedo hacerlo aunque quisiera. -Subo mis manos lentamente para acariciarle las mejillas a Noah y tranquilizar su rápida respiración.
-Te quiero y te querré hasta mis últimos días, fuiste un maravilloso esposo, amigo y compañero; serás alguien especial en mi vida siempre.
Mi mano se humedece y al darme cuenta las lágrimas empiezan a recorrer las mejillas de Noah.
-¿Por qué te enamoraste de él? Pensé que te hacía feliz -pronuncia las palabras como un niño indefenso mientras su aliento a alcohol toca levemente mi rostro.
-Me hacías muy feliz Noah, por supuesto que me hacías feliz pero cuando conocí a Chad sentí algo distinto, algo que en mi vida nunca había sentido...
-¿Ni siquiera por mí?
Asiento cabizbaja.
Noah me levanta la cabeza tomándome de la barbilla.
-Yo también te quiero Allie y te querré siempre. Los años que estuvimos juntos fueron los más felices de mi vida, pensé encontrar a la mujer que compartiría toda mi vida conmigo cuando te conocí. Eras mi mundo, lo eres aún y quiero que seas feliz.
-Noah yo también...
-Déjame hablar por favor. Me duele en el alma saber que ya no podré darte esa felicidad que tú tanto deseas, que tus pensamientos y amor sean para otro hombre; quiero que seas feliz, de eso se trata el amor ¿no? Pensar en la felicidad del otro... -se queda callado unos segundos para luego seguir hablando-. Por eso he decidido que lo mejor es que busques tu felicidad por tu propia cuenta.
Lo miro a los ojos intentado de creer lo que está tratando de decir.
-¿Quieres decir que...?
-Si Allie, lo mejor será separarnos. Admito que fui un hijo de puta cuando te engañé con Miranda, aunque solo haya sido una vez, admito que perder a nuestro hijo fue mi culpa y que tal vez nunca me perdones por eso, admito que me comporté como un demente al quitarte tu libertad por temor a que te vayas corriendo a sus brazos, admito que ya no soy el hombre del cual te enamoraste alguna vez y que tal vez nunca lo vuelva a ser.
-Noah yo... no sé que decir. ¿Estás hablando en serio?
Esta reacción de él me ha tomado por sorpresa, quería tanto que sucediera esto y ahora que está pasando no sé cómo reaccionar. No sé si creer lo que está diciendo teniendo en cuenta que está ebrio.
Noah asiente ante mi pregunta.
-Te agradezco lo que estás haciendo..., pensé que nunca te darías cuenta el daño que no solo me lo hacías a mí sino a ti también -me lanzo a sus brazos ante la emoción y algunas lágrimas de felicidad y melancolía recorren mis mejillas-. Mereces una mujer que te haga feliz a pesar de todo; eres un hombre maravilloso que lo único que sabe es dar amor. Gracias Noah, de corazón, gracias.
-La única mujer que me hace feliz eres tú -admite-. Pero ya no quiero verte molesta y mucho menos triste por mi culpa. Sé que no crees todo lo que estoy diciendo por lo borracho que estoy pero recuerda, los niños y los borrachos siempre dicen la verdad.
Me separo de él y me río.
No puedo creer que al fin hayamos podido finalizar el tema de la separación. Sé que es doloroso para Noah y también para mí lo es pero no puedo seguir estando casada con él cuando lo único que hago es pensar en otro hombre.

***

A la mañana siguiente desperté con el temor que Noah no recordara nada de lo que habíamos conversado ayer pero un resoplo de alivio salió de mí cuando retomamos el asunto recostados sobre la misma cama.
-No te preocupes donde vivirás, está es tu casa. Yo buscaré un apartamento para mí cerca a Miller...
-Noah eso es lo que menos me interesa. Esta casa es tuya, tú deberías seguir viviendo aquí.
Noah se apoya sobre la cabecera de la cama, cruzando los brazos.
-No Allie, no pienso dejarte en la calle después de vivir por varios años en esta casa. Tú te quedas aquí y punto.
-Esta bien, es muy generoso de tu parte. Gracias, de verdad.
-Este proceso es algo largo y sé que necesitas tu privacidad así que empezaré a buscar casa lo más pronto para que así no te sientas incómoda con mi presencia.
-Es lo mejor, gracias.
Nos quedamos callados por unos segundos hasta que Noah hace una pregunta que me estruja el corazón un poco: -¿Seguiremos siendo amigos?
Lo miro y tomo su mano con firmeza.
-Por supuesto. Me dolería no saber de ti después de la separación.
-A mi también me dolería no saber de ti.
Le doy una sonrisa y así decidimos terminar nuestra conversación acerca de nuestra separación.

Infinito Placer (Segunda parte de Un Placer Haberte Conocido) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora