Capítulo 39

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Este lugar me trae malos recuerdos y sin pensarlo he vuelto.
Estoy ansiosa, preocupada y con un dolor en el pecho enorme.
Después de estar un día recostada sobre una de las camas de este hospital, recuperándome de algunos golpes por parte de Noah; al lado de mis padres y Lauren, recién puedo saber que está pasando con Chad. Nadie quiso decírmelo hasta que el doctor dijera que estaba bien.
Lauren me comenta que Chad entró de emergencia a sala de operaciones ni bien llegamos ambos al hospital. Después de decirle algunas palabras a Chad y acunarlo en mis brazos, no recuerdo nada de lo que pasó luego. Lauren dice que me desmayé, que el cansancio y el susto por lo que le pasó a Chad hizo que finalmente no pudiera seguir consciente. A mi mente vienen recuerdos de ese momento cuando Noah dispara a Chad, él cayendo frente a mí y yo corriendo rápidamente hacia él. Fueron los peores momentos de mi vida que hasta ahora sigo viviendo.
Nos encontramos en la sala de espera, ningún doctor aún no ha salido a decir nada, ni cómo está ni que está pasando, simplemente nada y eso me está matando.
Camino de un lado a otro, mordiéndome las uñas y temblando como niña muy pero muy asustada. Pienso en lo peor que le puede pasar a Chad y eso me provoca náuseas. A estas alturas ya no podría vivir sin él si algo saliera mal en esa operación, sinceramente la vida se me iría.
-Tranquilízate, hija. Todo saldrá bien. Él es fuerte -mi mamá me toma de los hombros y me abraza por la espalda.
Yo acepto su muestra de apoyo pero nada evitará que me sienta ansiosa por no saber nada de él.
Pasa media hora más para ver recién salir a una enfermera de la sala de operaciones.
-¿Cómo está él? ¿Salió bien de la operación? Dígame algo, por favor -pregunto desesperada.
-Cálmese, señorita. El doctor en unos momentos saldrá para decirle el estado del paciente -dice la enfermera, muy tranquila.
Esos momentos se volvieron eternos. El doctor no sale después de otra media hora.
-¿Familiares de Chad Stone? -pregunta el doctor viendo su carpeta en mano.
Todos nos ponemos de pie y rápidamente me acerco al doctor.
-¿Usted es...?
-Su... su novia -contesto nerviosa-. Dígame cómo está por favor.
Mis padres me toman el hombro y Lauren las manos. Todos muy preocupados.
-Ha sido una operación muy difícil, pero afortunadamente la bala no perforó ninguno de sus órganos. El paciente está fuera de peligro -afirma el doctor y nosotros nos abrazamos de alegría.
Mi amor está bien.
-Podemos entrar a verlo -dice Lauren por todos.
-En estos momentos no ya que el paciente aún sigue con la anestesia y además tiene que ser trasladado a un cuarto para que así podamos seguir su proceso de recuperación. La enfermera Meyer -nos señala a la señorita que salió primero de la sala de operaciones-, les avisará cuando podrán verlo. Por ahora es imposible.
Todos asentimos con la cabeza, agradecemos y nos volvemos a abrazar.
El doctor nos da una sonrisa antes de retirarse.
-Te lo dije Allie. Chad es un hombre fuerte -pronuncia mi madre y me besa la frente. Yo solo sonrío, feliz de que Chad seguirá con nosotros.

                              ***

Golpeo la puerta unas dos veces y luego de varios días vuelvo a escuchar su voz.
-Adelante -murmura Chad.
Abro la puerta y entro lentamente. Nuestras miradas hacen contacto y ambos sonreímos.
Tengo el corazón en estos momentos latiendo a mil por hora, siento algo de calor y la piel se me eriza. Solo él tiene estos efectos en mí.
-¿Puedo pasar? -pregunto aún pegada a la puerta sin acercarme a él.
-Siempre eres bienvenida -contesta con un tono juguetón y yo me río.
Me acerco muy despacio y Chad estira su brazo, que tiene un cable conectado, y yo le tomo de la mano y se la beso.
-Estás bien -afirmo más para mi misma porque todavía no puedo creerlo.
Chad asiente y ahora es él quien me besa la palma de mano.
-Temí perderte -susurro y me inclino para estar a la altura en el que se encuentra él echado.
-Yo también. Fueron los peores días de mi vida -murmura.
-Para mi también -las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas y sin poder resistirme más, lo abrazo y hundo mi cabeza en su cuello. Su olor sigue intacto, como si no hubiera pasado por una operación. Siento los latidos de corazón en mi pecho y sus brazos rodeándome los hombros.
Chad se mueve para un lado de la cama y me obliga a recostarme a su lado.
Dudo unos instantes pero Chad me dice con la mirada que todo está bien.
Me echo a su lado y me envuelve la cintura con los brazos para pegarme más a él.
-¿Como te sientes? -pregunto mirándolo a los ojos.
-En estos momentos... el hombre más feliz del mundo. -Sus ojos color gris brillan como nunca los había visto brillar y sus labios forman la sonrisa más perfecta-. Y tú ¿cómo te sientes?
-En estos momentos, como si estuviera viendo un ángel -murmuro.
Después de unos segundos en silencio, escuchando la respiración de cada uno, por fin pregunto lo que quiero saber -: ¿Chad, cómo me encontraste?
Él comienza a removerse en la cama un poco incómodo pero finalmente me responde.
-Mi... mi padre me ayudó -confiesa y yo abro los ojos como plato.
-¿Tu padre?
-Sí, mi padre.
-Pero... ¿cómo?
Se queda en silencio unos segundos para luego contestar mi pregunta.
-No sabía a quién recurrir cuando Noah te secuestró, tus padres y yo rápidamente avisamos a las autoridades y comenzaron a buscarte. Los días pasaban y yo ya no sabía que hacer, la desesperación me comía vivo y nadie daba señales de ti -se detiene un momento, no puedo hablar muy rápido ya que la herida le duele mucho cuando lo hace por ello se detiene por unos momentos para luego continuar -. Mi padre conoce algunos detectives privados, se le podría decir; sabía que si contaba con el apoyo de alguno de ellos, podría llegar a ti más rápido. Fui a buscarlo y pedirle que por favor que me ayudara con eso; obviamente primero se negó pero luego de conversar y arreglar ciertos puntos, finalmente accedió. Fueron esos detectives quienes dieron con tu paradero -termina de contar.
Sigo asombrada.
Sé que la última persona a la que pediría Chad ayuda sería su padre y definitivamente estaba tan desesperado por encontrarme que decidió tragarse su orgullo y recurrir a él.
Son estas las razones que me hacen amarlo cada vez más.
-Gracias por hacer eso por mí, no tenías que...
-Por supuesto que tenía que hacerlo -me interrumpe-, eres demasiado importante para mí que iría al mismísimo infierno a rescatarte. -Coloca su mano, que no está conectada a ningún cable , sobre mi mejilla y me la acaricia-. Allie, a estas alturas mi única prioridad eres tú. Mi vida se va contigo si algo malo te pasara, no tendría razón de existir en este mundo si tú no estás en él.
Busco sus labios y le doy el beso más sincero que alguien pudiera dar. Y es que estoy de acuerdo con Chad, mi vida se hubiera ido con él si sus ojos no se hubieran vuelto a abrir, él es mi razón de ser, mi razón de vida.
Una tos fingida nos interrumpe el beso y ambos nos quedamos asombrados de ver al padre de Chad frente a nosotros.
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Hola a todos, espero que estén teniendo un gran día.
Bueno, aquí les dejo el penúltimo capítulo de esta historia, deseo que les guste y esperen con ansias el último capítulo.
Besos

Infinito Placer (Segunda parte de Un Placer Haberte Conocido) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora