Capítulo 36

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Después de unas compras para la semana, regreso a casa para empezar a preparar una cita sorpresa a Chad. No es que cumplamos un aniversario más o algo así, pero estar a su lado me hace sentir como si cada segundo de mi vida es una celebración.
Preparo uno de los platos que orgullosamente puedo decir, me sale delicioso, sin embargo es con el postre que quiero sorprenderlo, unos brownies rellenos de chocolate y unos crepes con frutas y chocolate. Los postres son los que más disfruto en preparar, son sencillos pero muy deliciosos y Chad disfruta cada vez que los hago.
Escucho que alguien toca la puerta, me acerco a la reproductora de música y lo pongo pausa; sonrío imaginando que es Chad y que se ha olvidado la llave que le di de mi apartamento, bueno técnicamente fue él quien sacó una copia de ellas sin consultarme antes pero ya lo perdone por ese acto de acoso.
Lamo la sobras de chocolate derretido en mis dedos, tomo un pedazo de papel para limpiarme las manos y voy corriendo hacia la puerta. Llevo el delantal que a Chad le gusta y vuelvo a sonreír al imaginarme donde terminará ese delantal luego del postre.
Sin embargo la sonrisa se me borra de la mente y las fantasías con Chad se me esfuman de la mente cuando veo a Noah frente a mí, en la puerta de nuestro... digo, de mi apartamento.
-Noah, vaya... ¡qué... qué sorpresa...! -balbuceo nerviosa sin saber porque él está aquí.
-Hola Allie. ¿Puedo pasar? -Pronuncia muy serio y distante, pocas veces lo había escuchado y sentido así.
-Claro. Por supuesto... pasa -me pongo a un lado para que él entre al apartamento. Cierro la puerta a sus espaldas y su mirada azul se dirige hacia mí.
-¿Estás sola? -pregunta mirando por cada rincón de la sala de estar.
Frunzo el ceño y con recelo contesto su interrogante.
-Si. ¿Por qué?
-Porque ese novio tuyo al parecer se ha adueñado de esta casa que solíamos compartir cuando eras mi mujer -su tono de posesión y sarcasmo me tensa el cuerpo; este no es el Noah que conozco.
-¿Por qué... por qué me estás hablando así...? -pregunto nerviosa.
Noah acorta nuestra distancia y recorre con las yemas de sus dedos mi brazos desnudos.
-Te quiero hacer recordar -acerca su respiración a mi cuello-, como te venias... cuando te cogía antes que ese hijo de perra lo hiciera. -Toma con sus manos mis pechos y me los presiona con brusquedad.
El miedo invade mi cuerpo, Noah empieza a mordisquearme el cuello, sus manos bajan por mis piernas y me acaricia de una manera asquerosa.
-¡Suéltame! -grito entre sollozos. Intento apartarlo pero es imposible; me agarra con mucha más fuerza y me tira hacia el sofá.
-Jamás debiste dejarme por ese bastardo. Tú eres mi mujer y siempre lo serás así tenga que tomarte por la fuerza -con una mano se desabotona el pantalón y con la otra busca mi ropa interior.
-¡Déjame! ¡Por favor! ¡Ayuda! -en cuestión de segundos siento un dolor intenso en una de mis mejillas para luego sentir el mismo dolor en la otra mejilla.
-Nadie te va escuchar. Solo déjate llevar, de todas formas ya estás acostumbrada a tener amantes -empieza a reírse y se acerca nuevamente a mi para romperme el vestido que llevo puesto.
<<¡Ayúdenme! ¡Ayúdenme! ¡Ayúdame!>>
Sus besos empiezan a bajar y sus manos a tocar más de lo debido. Me siento vulnerable, desesperada y nadie me ayuda.
<<¡Chad, mi amor ayúdame!>>
Y como si él me hubiera escuchado, siento que el peso que tenía encima mío se aparta.
-¡Maldito cabrón! -exclama Chad golpeando a Noah.
Yo me levanto del sofá rápidamente e intento esconderme pero siento que unos brazos me lo impiden.
Cuando me doy cuenta, Noah me tiene sujetada hacia él con una pistola en mano.
-¿Sigues siendo hombre con esto ahora al frente? -pronuncia Noah tapándome la boca con una mano y con la otra apuntándole a Chad.
-Baja esa puta arma -dice Chad y por unos segundos cuando sus ojos cruzan con los míos veo el terror en ellos.
-Esta mujer es mía -roza la punta de la pistola en mi rostro, señalándome-, y si tengo que matarte para que nunca vuelva a estar contigo -vuelve a apuntar hacia él- no tendré miedo de hacerlo.
Intento quitar su mano de mi boca, pero me presiona con mucha más fuerza; empiezo a mover mi cuerpo para intentar por segunda vez huir pero nuevamente fracaso.
Chad intenta acercarse a nosotros pero cada vez que lo hace, Noah apunta el arma hacia a mí.
-Hazme todo el daño que quieras, mátame si es lo que deseas, pero suéltala. No le hagas más daño.
Noah se burla de Chad.
-¡El héroe! -se ríe sin dejar de apuntar hacia él.- Bueno héroe, ¡arrodíllate! Con las manos en la cabeza -ordena Noah.
Chad hace lo que él pide y se arrodilla.
El terror se apodera de cada centímetro de mi cuerpo, la sola idea de pensar que Noah puede presionar el gatillo del arma en cualquier momento me deja sin respiración.
Con esa sonrisa asquerosa en el rostro, y sujetándome fuerte la boca, nos acerca hacia Chad.
Apunta la pistola exactamente en la frente de Chad.
Mis pulsaciones están fuera de control, mi respiración se acelera, esto no puede estar pasando.
-Motociclista idiota -murmura Noah y golpea a Chad con el arma, en la cabeza.
Mi amor queda inconsciente y Noah a jalones me saca del apartamento.
-Mi mejor venganza es que jamás vuelva a saber dónde estás -dice presionando el botón de bajada del ascensor.
Mis sollozos se intensifican y mis ganas de tratar de escapar y ayudar a Chad también.
Bajamos hasta el estacionamiento y cuando pasamos por en frente del guardia de seguridad, Noah me amenaza que disparará sin importar si intento pedirle ayuda a él o escapar.
Guarda el arma rápidamente y mi corazón no deja de palpitar cuando Noah saluda al guardia como si nada y me jalonea disimuladamente hasta el auto.
<<¡Esto es una pesadilla!>>
-¿Noah por qué estás haciéndome esto? ¿Por qué? Déjame ir -me sujeta las manos con un cable grueso.
-¿Por qué te hago esto? -pregunta como si la respuesta fuera obvia-. Porque me cansé de fingir ser el idiota que está detrás de ti, porque me fuiste infiel con el
primer hombre que se te cruzó en el puto camino. Te burlaste de mí desde que nos casamos, eres una zorra de mierda, una cualquiera. -Tengo ya las manos sujetadas y además me tapa la boca con una pañuelo para luego salir del estacionamiento a una máxima velocidad sin importarle que nos vean.
Sollozo, grito, vuelvo a sollozar, vuelvo a gritar pero nada, en vez de eso me abofetea y acelera mucho.
El auto se aleja de la cuidad y luego se introduce en un camino estrecho lleno de árboles para terminar frente a una casa vieja y descuidada.
-Este será tu hogar de ahora en adelante, señora Miller.
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Nuevo capítulo!!
Perdón por hacerlos esperar tanto. Espero les guste y disfruten los últimos capítulos de esta novela.

Infinito Placer (Segunda parte de Un Placer Haberte Conocido) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora