Antepasados I

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Todos estamos conectados por lazos sanguíneos o amistosos.



Luego de la batalla entre Sakura y Tsunade, esta última tuvo una larga charla con Jiraiya sobre su pupila, en la que ambos llegaron a la conclusión de que su prioridad era mantener a Sakura lo más estable y feliz posible y que al menos durante un año se le enseñaría a dominar sus emociones para no correr tanto riesgo si llegaba a enojarse.

El cumpleaños número quince de Sakura por otro lado paso entre batallas amistosas con sus amigos, bromas locas y mucho pero mucho cariño adquirido con los años de amistad.

Una semana después de eso se podía ver a una agitada pelirosa correr por entre los árboles, su cabello ahora largo ondulaba lacio en la corriente cálida del viento, la joven tenía el cuerpo con algunas heridas menores y unos cuantos raspones bordeados por moratones, en su espalda llevaba un gran pergamino de color rojo y sus ojos estaban teñidos de un morado intenso pasando a violeta mientras el sello en forma de Dragón reluciendo llamativo en su brazo.

A la vista de cualquiera era evidente que esto no estaba bien, a lo lejos se veía una figura que venía rauda en persecución de la muchacha, está correspondía a un joven de cabellos rosados y ojos verdes, en muchos aspectos parecido a Sakura, ese muchacho no era otro que Tsubaki Haruno; el mundo parecía estar de cabeza, por un lado la joven de melena color Cerezo estaba agitada y en un estado que estaba cercano al colapso y por el otro Tsubaki apenas si tenía unas cuantas heridas. Todo era un desastre, pero ¿Cómo demonios pasó todo esto? Muy sencillo, pero para saberlo hay que retroceder unas cuantas horas atrás.


...


Eran las seis de la madrugada, la noche pasaba lentamente a ser día, en medio de esa transición la ya no tan pequeña Sakura salía rápidamente de su casa, en sus manos se lucían unas blancas vendas que tapaban desde sus codos hasta el dorso de su mano.

Llevaba el pergamino que le había entregado Hikaru agarrado en la espalda por un fino lazo negro, su cabello estaba sujeto en una coleta alta y su vestimenta era un pequeño kimono en tonos blancos y rosados, las mangas eran muy largas y le tapaban por completo los brazos, el hombro derecho estaba caído y dejaba ver unas cuantas vendas en el, por el otro lado un tirante negro afirmaba una suerte de camiseta vestido con estampados de cerezos, traía sus dos estuches de armas agarrados en sus piernas, sus sandalias ninjas eran negras y altas, con una caña hasta un poco debajo de la rodilla y desde allí se extendían unas medias de rejillas, Sakura sonreía alegremente mientras tarareaba una canción sobre libertad y pájaros azules, a paso lento dejó atrás su hogar para sumergirse en las sombras desvanecientes de la madrugada.

Pasados los minutos Sakura llegó al bosque y allí extendió una pequeña barrera de color lila pálido mezclado con púrpura, sacó una pequeña daga plateada cubierta de vendas rugosas y antiguas manchadas de sangre del interior de su vestimenta y con la rapidez de un rayo se cortó la muñeca derecha, la sangre brotaba con frenesí mientras la joven mantenía sus ojos fuertemente cerrados, pasaron unos tres segundos antes de que los abriera nuevamente y cuando lo hizo ya estaban bañados en un profundo color violeta intenso.

Parpadeo y de pronto la gravedad pareció olvidarse de ella porque su cabello comenzó a flotar lentamente al igual que su ropa, así también su sangre ahora caía hacia arriba irónicamente, rompiendo toda lógica, era una corriente ascendente que apacible envolvía el pequeño cuerpo de la muchacha.

- Lo vas a probar ¿Verdad? ¿Estás segura de hacerlo justo ahora? Esto puede  acabar horriblemente mal y lo sabes.

-Si... Se que es riesgoso pero dicen por ahí que el que no arriesga no gana.

Miren mi espalda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora