Nuevo equipo

3.2K 248 83
                                    

En un pequeño campo de entrenamiento se pueden apreciar dos figuras femeninas, una es más pequeña y menos desarrollada que la otra, a su alrededor todo estaba destrozado y el suelo presentaba cráteres de diversos tamaños en su superficie, la figura más pequeña correspondía a una bella joven de  hermosos cabellos rosados de un ligero color pastel, está respiraba agitadamente y se le podían  ver claramente unos cuantos raspones y pequeñas heridas en su pulcra piel de porcelana.

Por otro lado la otra mujer de cabellos rubios tomados coquetamente en dos moños sueltos a los lados en forma de coletas se encontraba campante y sin ningún daño físico aparente, esta tenía una brillante sonrisa dibujada en sus labios y miraba con amor a la agitada pelirosa, definitivamente había hecho bien en querer entrenarla. Ella podía aspirar a más, podía ser mejor, superarla incluso a ella y convertirse en leyenda.

-Sakura, descansa un poco. Has mejorado a pasos agigantados, en este solo día has logrado algo que toma mucho tiempo y eso es poder concentrar tu chakra para poder dar golpes, es algo extraordinario que requiere de un casi excelente control. Te felicito pequeña- Dijo la voluptuosa mujer de cabellos dorados mientras acariciaba lentamente la cabeza de la joven.

-¡Gracias maestra! Prometo que no la defraudare, sere la mejor- afirmó la pequeña cómoda por la caricia  que le había dado la quinta.

Narra Sakura

Me siento feliz, es la primera vez desde que el se fue que me siento realmente apreciada, antes a pesar de todo no me sentía cómoda, no importaba lo que hiciese jamas obtenía nada aparte de palabras crueles o falsas muestras de afecto, incluso ellos, a los que yo llamaba amigos, mi equipo. Mi única familia  me habían traicionado, era triste recordar esas cosas, era doloroso el saber la verdad. Pero aún peor el vivir sin ella, con constantes dudas acechando mi mente y corazón.

Pero ahora sería diferente, yo soy diferente, miré a la Hokage y sonreí, me parecía increíble que alguien como ella quisiese entrenar a alguien como yo.

Mientras ambas mujeres, discípula y maestra se regalaban cálidas sonrisas un Ambu con máscara de gato apareció en medio de ambas causando un sentimiento de sorpresa e incomodidad en las dos.

-Hokage-Sama el equipo de búsqueda y captura de los traidores a regresado gravemente herido- reportó calmo y con voz hueca por la máscara y luego desapareció en una pequeña nube de humo blanco cremoso.

Sakura y Tsunade se dieron una mirada fugaz justo antes de comenzar una rápida carrera hacia el hospital, cuando estaban a mitad de camino se podía ver que la desesperación crecía en el pálido rostro de la joven con cabellos como lluvia de cerezos en flor, sentía que por su culpa amigos y camaradas estaban heridos, que otra vez solo había sido una carga en el corazón de otros y eso la llevó a entrar en una especie de pánico prematuro e inexplicable. Su respiración se volvió agitada y su pulso se aceleró provocando que  sus piernas se movieran más lento.

* ¡Sakura reacciona! Recuerda quién demonios eres, ya deja de ser tan patética y lucha, lucha por lo que crees, por lo que eres. Lucha por todo lo que somos ¡LUCHA!*

La voz de  Hikaru resonó fuerte y claro por mi cabeza, ya estaba bien de tanto estar lamentándose, de mostrar debilidad. Era hora de poner fin a mis temores infundados y demostrar que yo había cambiado, que no era solo palabras sin acciones, ya era hora de que demostrara que era la última de los Haruno, la líder de un clan pacífico y sumamente fuerte.

Sentí con dolor como mis piernas ardían seguido de unas dolorosas punzadas en mi corazón que se extendieron hasta mi garganta  causándome una extraordinaria oleada de dolor, intente por todos los medios no concentrarme en él y luche por no quedar rezagada en la carrera al hospital pero fracasé miserablemente, porque en un intento por acelerar mis pies tropezaron el uno con el otro desestabilizando y provocando que me encaminara de bruces al suelo, cerré fuerte los ojos preparándome para el tonto impacto, pero éste jamás llegó así que abrí mis ojos sorprendida al no sentir la rasposa superficie del suelo ni unos brazos sosteniéndome.

Miren mi espalda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora