Sakura.Estaba cansada, llevaba mínimo unas tres horas excavando entre la arena hirviente y me dolían las manos, susodicha flor de cactus maldita ¡Me duelen las manitos! Hace un día exactamente llegamos a la aldea de Gaara, no había realmente mucho que contar con respecto a eso, salvo que no me resultaba muy atrayente el clima de este lugar, pues me sentía atrapada y lejos de mi elemento.
Eso y además las miradas del capitán Yamato en busca de respuestas para sus dudas e innumerables preguntas mudas me resultaban cada vez más exasperantes y difíciles de ignorar-Tranquila Saku, una más y lo matamos-Comentó Hikaru entretenida desde mi espacio mental.
¡Necesito ver un árbol de Cerezo a la de ya! Creo que explorare, entre la noche de locuras que tuve ayer con mis nuevos amigos y esta escurridiza flor de mierda ya no sé qué va a ser de mi cordura y por si fuera poco Hikaru no se ha molestado en hablarme más que para recomendarme matar algo o alguien sin discriminar y últimamente la siento tan distante, como si se desvaneciera en el profundo abismo de mi mente.
Un fuerte gritó de dolor escapó agudo de mi garganta al tiempo que sacaba rápidamente la mano y me tapaba la boca avergonzada por aquel quejido, los miembros de mi equipo me miraron sorprendidos y se aproximaron rápidamente a mi para evaluar mi condición y el porqué de mi grito.
Sai tomó mi mano lastimada entre las suyas y metió los dos dedos que me había pinchado a su boca, un escalofrío recorrió mi cuerpo y una capa de sudor frío resbaló por todo mi ser al momento que miles de descargas eléctricas perforaban mis órganos hasta acelerar mi pulso y convertirme en un verdadero tomate, el calor húmedo de sus labios rozando mis dedos y el roce constante de su lengua invasora contra mi piel me hizo soltar un pequeño suspiro ahogado.
Pude ver como el capitán se colocaba tenso y una expresión de "¿Qué hago ahora" delataba su nerviosismo mientras los pequeños temblores en su cuerpo se elevaban con cada segundo que Sai tenía presos mis dedos entre sus labios, hasta que de repente el dolor punzante de las espinas enterradas en mi piel paró y vi como mi amigo se sacaba los dedos de la boca terminando con mi tortura, al tiempo que hizo eso escupió las espinas con el veneno picudo que me estaba desgarrando la piel.
-Con esto debería estar todo bien ya Sakura-chan- Afirmó seguro mi amigo de cabellos negros y lisos mientras yo sentí que me faltaba el aire en los pulmones, señor este tipo me va a matar, es demasiado lindo y espontáneo.
-Gra-Gracias Sai-kun-Conteste tan sonrojada que pensé que mi cabeza estaba por estallar- Por ciento Yamato-Taicho como verá ya encontré la planta que buscábamos, me preguntaba si no podría hacer algo con su elemento madera.
Él asintió de manera seria mientras hacía sellos con sus manos, después de eso un gran número de raíces se sumergieron como serpientes hambrientas, en busca de esta escurridiza flor. Y luego de lo que fue una larga hora de persecución tras esta tonta super planta logramos capturarla.
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-Moouu estoy agotada~- Se quejó la pequeña pelirosa estirando sus manos hasta el sol.
Mientras, sus compañeros la miraban igualmente agotados, habían estado casi toda la mañana en busca de esa tonta planta llamada "Shinshu Tsukiboshi no" qué significa "La escurridiza" puesto que esta se mueve de lugar en lugar en busca de agua, ya que siempre debe dar una flor en primavera y al ser una planta desértica no tiene los suficientes nutrientes para dar aquella magnífica flor sin moverse en su busca, también se la conoce por ese nombre debido a que esta escapa de todo aquel que la busca como si estuviera viva y pudiera razonar, por ello para el grupo de ninjas resultó ser un gran dolor de trasero.
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Miren mi espalda
ספרות חובביםTodos me dejaron, me rompieron ...Me traicionaron. Ahora tendrán que soportar ver mi espalda, yo nunca mas seré pisoteada por nadie. Porque yo soy Haruno Sakura.