№15

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Arianne

Arrrgh, mi cabeza... 

Me di la vuelta en la cama y escondí mi cabeza bajo la almohada, estaba muerta. Me dolía todo el cuerpo... a penas me podía mover. 

¿Por qué bebí tanto? Ni siquiera me acordaba de lo que hice, ni como volví a casa, absolutamente de nada.

Abrí los ojos de par en par cuando la imagen de Haeri apareció en mi cabeza, me incorporé rápido de la cama y miré la hora. Dios santo, son las dos del mediodía. Me levanté sobresaltada de la cama y salí corriendo del cuarto.

– ¿¡Haeri!? – grité asomándose al comedor donde se escuchaba la televisión encendida.

– oh, por fin despertaste...

Vi a Jimin levantándose del sofá pero no vi por ninguna parte a mi hija. 

- ¿J-Jimin?

Se acercó a mí con una sonrisa en su cara. Au, mi cabeza, me duele mucho.

- ¿Cómo te encuentras? – me preguntó calmado y mirando cada detalle de mi cara. Debía de verme horrible al igual como me sentía. Abrí la boca para contestar pero me detuvo. – Toma, fui a comprarte medicina para el dolor de cabeza – me acercó el prospecto y lo miré sin decir nada. – Tomátelo, come algo y vuelve a la cama a descansar.

- ¿Dónde esta Haeri?

- Ah, sí. Nicole vino a recogerla para llevársela de paseo, me dijo que quería ir contigo para pedirte disculpas por lo de ayer pero, como le dije que estabas enferma pues se llevó a la niña para que se entretuviera un rato.

- Argh... - gruñí pasándome la mano por la cabeza. 

- ¿Qué pasa? ¿No te acuerdas nada de ayer, cierto?

- No...

- Qué pena.

- ¿Hice alguna tontería?

- Demasiadas.- rodé los ojos. 

- ¿Cómo me encontraste? Ni siquiera me llevé el móvil, por un momento sé que llegué a pensar que no volvería a casa.

- Te encontré de casualidad, estuve buscándote por lo menos durante dos horas, yo creí que te habías suicidado o que te habían secuestrado.

- Dios... - murmuré tapándome los ojos avergonzada.

- Bebiste demasiado...

- Lo sé, bueno, por el dolor de cabeza que tengo me lo puedo imaginar. También me duele todo el cuerpo y tengo el estomago vacío.

- Normal, terminaste vomitándome encima... – le miré con los ojos abiertos incrédula, él asintió con la cabeza.

A penas me acordaba lo que hice anoche. Sé lo que pasó y el por qué huí. Me recorrí las calles de Seúl sin rumbo y sola. Al ser fin de semana, grupos de hombres ya ebrios me llamaban la atención cuando pasaba por al lado pero yo iba absorta en mis pensamientos. Hacía frío y metí mis manos dentro de los bolsillos de la chaqueta, en el bolsillo derecho saqué unos wons que al parecer olvidé que los había dejado ahí. Decidí entrar en una tienda de conveniencia y terminé gastándome el dinero que tenía en dos botellas de alcohol. El cajero me miró confuso pero mi mirada lo asustó y fue a cobrarme de inmediato. Caminé recto ya sin saber realmente donde me encontraba hasta que reconocí el río Han y decidí dejar de caminar por un rato. Aquellas botellas no se terminarían solas.

Hasta ahí recuerdo, todo lo demás estaba borroso y hasta me daban pinchazos cuando intentaba indagar en mi memoria. Soy muy inmadura para terminar ebria por una tontería...

Perfect Man 2 » Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora