No me lo esperaba

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-¿Por que debo estar enamorada de alguien si o si?

-Emma, todas esas veces que te robaron el corazón e intentaron a plastarlo y no pudieron; sólo lo evitó el hecho de que tu corazón le perteneciera a alguien. Emma, eres la salvadora si estás enamorada, nadie más que ese chico puede destruir tu corazón. ¿Quién es ese alguien?

-Regina...¿importa eso ahora?

-la verdad es que si. Si esa persona es alguien equivocado, alguien dispuesto hacerte daño es necesario poder controlarlo.

-estaba dispuesta a lastimarme, pero jamás me lastimaría. Ya no. -quise pasar por alto que se refería a una mujer sólo para que no se incómodase.

-tienes que hablar con Hook y tus padres. Te casas en dos dias.

-lo se. Regina sólo quería estar contigo.

-¿conmigo, por qué?

-no te asustes. -ella se acercó a mi poniendo una mano en mi rostro sin dejar de mirar mis labios, y vaya que estaba confundida.

-Emma...¿qué estás haciendo? - pregunte demasiado turbada, su intensa mirada no me dejaba pensar, tenía miedo a su siguiente movimiento, jamás me imaginé estar en una situación tan extraña con swan, la salvadora, la madre de mi hijo.

-nada. -dijo finalmente para perderse en mi pecho y fundirse en un abrazo con mi cuerpo. Sólo rodé mi brazo por su hombro y suspire aliviada. Senti como su pecho subía y bajaba lentamente contra mi pecho. Sentía su olor a canela desprenderse de todo su cuerpo, sería extraño si no supiera que minimo se toma cinco cafés con canela al día.

-Swan, ¿vas a...- antes de que terminará su dedo estaba contra mis labios rogando por silenciar mis palabras.

-No hables -. Esta vez sí estaba extrañada. Tenía tantas preguntas que se vieron acalladas cuando sus labios se estrellaron con los míos, sus ojos estaban cerrados mientras buscaban respuesta de los míos, algo que no podía darle, jamás me habría esperada que Emma swan pudiera estarme besando. Debido al odio que nos tuvimos, a todas las peleas, a todo lo que hay en contra, millones de razones de porque esto es tan imposible y sorpresivo. -no me rechaces porfavor, no ahora. Te juro que te lo explicaré más  tarde -. Sus labios volvieron a fundirse con los míos, esta vez sí correspondí, no sabría explicar si fue porque prácticamente me lo rogo, para no escuchar esa explicación o simplemente porque mi cuerpo quería hacerlo. Su lengua pidió permiso para ingresar y fue cuando todas las preguntas desaparecieron, cuando el miedo salió de mi cabeza y sólo quedábamos ella y yo perdiendonos en la boca de la otra, con el corazón a full y mis manos rogando por tocarla un poco más. Mi lengua acariciaba la suya mientras sus manos se perdían en mi cabello, la abrazaba por la cintura y me aferra a ella como nunca.

-¿te has cortado el cabello? -se alejó de mi rostro para tener mejor visión, baje mi mirada y asentí.- te ves hermosa.

-¿recién lo notaste? -pregunte mientras sonreía a causa de sus anteriores palabras.

-estaba más preocupada en besar tus labios -. Otra vez su boca se fundió con la mía, pero esta vez era mucho más apasionada, más deseoso, sentía como mi entre piernas reaccionaba a este contacto. Sus manos masajeaban mis muslos, cogió mi cintura con fuerza obligándome a sentarme a horcajadas sobre sus piernas sin dejar de besarnos.

-¿Qué se supone que es esto, Swan?

-te prometí explicarte después. Ahora sólo Bésame. -se acercó nuevamente y me beso como si lo siguiente que fuera a suceder fuera que el mundo terminaría y fuera imposible volver a juntar nuestros labios. Sus manos frías tocaron mi vientra bajo la ropa, se me erizo la piel y logró hacerme sentir como ningún hombre lo había logrado antes, no se en que momento sucedió pero estábamos en mi habitación, yo recostada en la cama y ella sobre mi besandome el cuello.

-así que...cuando te pido utilizar la magia para salvar la vida de las personas del pueblo no quieres, pero ahora resulta que esto es mas importante.

-Era muy urgente y necesario, Regina. -beso mis labios y luego se dirigió a mi cuello para morderlo, sólo pude sonreír.

-asi que... Miss Swan, ¿no puede subir una simple escalera?

-implicaría perder mucho tiempo. Y creo que ya hemos perdido demasiado. -comenzó a desabrochar mi blusa sin dejar de besar mi cuello, se sentía tan bien, tan excitante era sentir a Emma sobre mi, la forma en que me besaba, la forma en que me acariciaba, en que besaba mi cuello mientras sus manos se perdían en mis pechos. Mi piel ardía y rogaba un contacto más de Emma. -por cierto, me excita cuando me llamas Miss Swan -susurró en mi oído y sentí un escalofrío desde la cabeza a la punta de los pies.

-¿que mierda estamos haciendo?

-¿quieres detenerte?

-la peor parte es que eso es lo que menos quiero. -ella sonrió y se apresuró en quitar mi pantalón y su camisa. Voltee para tomar el control de la situación, mordi su labio inferior mientras quitaba su brasier, una vez eliminado del camino deje un camino de besos hasta sus pechos y mordia lentamente sus pezones mientras se ahogaba en melódicos gemidos para mi. Volvió a dar una vuelta y bajo rápido hasta mi entrepierna  recuperando el control, quito mis bragas y se acercó a mi sexo para besarlo con desesperación, sentí ese contacto hasta el último cabello, un escalofrío en mi columna y un gemido incontrolable eliminado por mis labios. Se mantuvo ahí unos minutos y luego trepó mi cuerpo hasta mis labios y se perdió en ellos mientras se frotaba contra mi, mis manos y uñas se aferraba a su espalda, tratanto de convertir nuestros cuerpo en una unidad, aunque eso éramos, de eso estoy segura. No podía creer como la chica a la que intente asesinar antes, de la que intente deshacerme tantas veces, de pronto estaba entre mis piernas haciéndome gemir como nunca lo había hecho, como jamás pensé poder hacerlo. Sus dedos se perdieron en mi sexo, introduciendolos y quitandolos con brutalidad, una...dos...tres...cuatro y ya perdía la cuenta, sus besos, eran más dulces ahora.

Cayo rendida a mi lado, ambas desnudas sobre la cama, calladas, sin saber que decir. Estaba aterrorizada por no saber que significaría esto apartir de ahora. Por no lograr comprender porque esto estaba pasando. En que momento Swan y yo habíamos podido llegar tan lejos.

en solo 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora