en solo 3

¡TE ODIO!

                     *al otro día*
Pov.Lea

Salí del salón y pude ver a Lena con Dylan, se que piensa que se lo digo por joderla pero realmente mi hermano es un idiota que busca chica para acostarte y luego dejarlas. Camine hacia ella y la tomé del brazo arrastrándola por los pasillos.

—¿a ti que jodidos te pasa ahora?

—te advertí algo, ¿no?

—déjame en paz una vez en la vida. ¿por que jodidos no te largas? Desaparece de mi vida, ¡te odio!— escupió todo su desprecio contra mi, tanto odio se encontraba en sus palabras, me despreciaba con tantas ganas que llegaba a tener miedo de ella. Emprendió su camino con la cara roja de la rabia, pero puse mi mano sobre la suya con suavidad y ella la Quito con brutalidad. —tranquila. Te lo digo sin ganas de joderte. De verdad, el es un idiota solo busca chica para una noche y luego las deja, no es por molestarte.

—¿por que jodidos te importa?

—solo te estoy cuidado.

—¿por que?¿por que te importa?

—agh...¿sabes que? Matate, y no te preocupes, terminamos el informe y al carajo contigo. Cada una con su camino, no existo para ti y tu no existes para mi. Adiós.— salí rápido de ahí, estaba tan harta de esa chica, intentaba protegerla y se molesta. De todos modos no se que diablos hago protegiéndola, que se joda y ojalá Dylan la lastime mucho a ver si a si deja de ser tan hueca, idiota, niñata y mal criada.

Ingresé a la clase de inglés y me senté en el fondo como siempre, le envié un papel a Lena diciéndole que nos juntáramos esta tarde en su casa a terminar el informe, acepto y fue el fin de nuestro tan avanzado correo.

*Horas después*

—¿nos vamos?— dije interrumpiendo la conversación que Lena mantenía con su hueca amiga.

—¿te vas con esta?

—esta tiene nombre querida, lo sabías muy bien la otra noche en tu habitación.— tanto Lena como la rubia quedaron boquiabierta con la "confesión" que había hecho.

—¿!Qué!?¿que diablos dijo Miru?

—¿no le vas a creer? Jamás estaría con ella. Que jodidos te pasa idiota.

—bueno chicas más tarde terminan la conversación. Nos vamos ahora.— cogí el brazo de Lena y la arrastre mientras le gritaba a su amiga que le debía una gran explicación.— bien, al autobús.

—nos vamos en mi coche.

—no. Ni loca me subo a tu cochinada.

—vamos, lo haces solo por discutir. ¿Prefieres irte incómoda, en un bus que no tiene cuidado por los que van arriba que la comodidad de mi auto?

—¿es lo que me queda no? No tengo un papito que me de todo.

—ahora tienes la oportunidad, dale no quiero llegar tarde a casa.

—como digas, lo que sea para no escucharte más—. Caminamos hasta su auto, un gran  Volkwagen negro.— pensé que sería un gran Camaro rosa con un Ken incluido.

—sube y calla—. Comenzó a conducir por la carretera, llevábamos algunos minutos en el auto y el silencio era tan incómodo que no dude en terminarlo.

—supongo que tu padre lo compro para ti, papito siempre está.

—de hecho me lo compre yo.