Pasión

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Janet terminaba de vestirse mientras Mia la esperaba afuera, no demoró mucho en escoger que ponerse, no era de las que se acomplejaba por ello. Salió de su cuarto y junto a mía caminaron hacia el nuevo bar.

-¿como te fue en tu viajecito?

-bastante bien, aunque no hice nada muy interesantes. Ya sabes, mi familia es muy absorbente.

-bueno, al menos aprovechaste una semana completa con la familia, no pasas mucho tiempo con ellos.

-si, pero prefería pasarlo viendo como tus dedos acariciaban tu entrepierna.

-ya olvídalo, porfavor. Me da mucha vergüenza.

-¿por que? Yo también lo he hecho, no hay nada malo en ello, explorar nuestro cuerpo es parte de la vida. No te acomplejes chica. Aunque tu, siendo tan estructurada me pareció bastante extraño por ello te jodo tanto, me has sorprendido.

Siguieron conversando y bromeando sobre aquella embarazosa situación mientras reían y se dirigían hacia el bar. Un vez en la puerta dejaron atrás su conversación sobre ese tema que sería un secreto entre ellas dos desde ahora.

—¿te apetece tomar algo?

—solo una soda.

—de acuerdo. Ya vengo —. Mía se dirigió a la barra y pidió su tragos. Luego de unos sutiles coqueteos del barman a Mia, ella volvió a la mesa con ambos vasos en sus manos.

—guapo el barman. Vi como te coqueteaba y ¿que tal?

—ñeh, nada especial. No vine a ligar Janet.

—solo preguntaba, no te enfades—. Dijo mientras tomaba un sorbo de su soda.

—ya te lo dije, no quiero una estúpida relación.

—eso lo dije yo.

—bueno te acompaño en tu idea—. Rieron juntas.

—terminaremos solas y con cuarenta gatos.

—pero felices y disfrutando la vida al máximo—. Dijo mientras cruzaba el brazo por la espalda de Janet y daba un pequeño grito mientras sacaba la lengua.

—estas loca.

—asi me amas, ¿no?

—por supuesto.

—¿bailamos?

—por supuesto. Sería un placer.

—el placer es mío my Lady—. Janet cogió la mano de Mía y entre risas Caminaron hacia la pista. Comenzaron a bailar con una canción de reggaeton sus cuerpo iban al compás, sus cuerpo totalmente unidos, su manos perdiéndose en el cuerpo de la otra, ignorando al mundo. Los brazos de Janet se posaron en los hombros de Mía y esta comenzó a bajar lentamente y Janet pudo sentir sus pechos recorrer su cuerpo algo que la hizo sentir  excitada.

—¿esto te provoca ganas de tocarte?— pregunto Mía pegada al odio de Janet ya que debido a la música hubiera sido dificultoso escuchar lo que la otra decía de no ser así. Janet solo negó debido a la pregunta de su amiga, preguntándose porque aún ella no era capaz de olvidarlo.

—déjame en paz, ¿quieres?

—si quisiera lo habría hecho.

—cierra la boca y continúa bailando.

—como ordene señorita— Janet solo negó sin creer lo insoportable y estúpida que podía llegar a ser su mejor amiga. Por un lado tenía ganas de golpearla pero por otro lado le agradaba la forma en que la provocaba queriendo jugar con ella.

Continuaron bailando durante varios minutos pero en un momento, ambas exhaustas decidieron ir por otro trago. Conversaron un rato más, Mía continuó con sus bromas y Janet cogió con su vergüenza hasta que decidieron que lo mejor era volver a casa. Eran las 3am y luego se volvería peligroso, ya que como sabían a las 5am la hora de termino de las fiestas todo solía salirse de control porque nadie quería irse y armaban peleas y torpes discusiones. Ambas caminaron a casa entre conversaciones vanas y torpes que no llegaban a ningún lado. Ambas decidieron que ese día se quedarían en la casa de Janet para recuperar esa semana separada con la que tuvieron que batallar. Abrieron la puerta principal y de inmediato fueron a la habitación.

—solo hay una condición para dormir contigo.

—¿cual?— Janet conociendo bien Mía probablemente sería algo relacionado con lo que sucedió esa tarde.

—no te masturbes mientras yo esté bajo las sábanas.

—ya olvídalo. ¿O que pasa?¿tanto te gustó?¿te excitante viéndome?¿no puedes olvidarlo?— dijo y con cada palabra avanzaba un paso más hacia ella, miraban sus labios y luego volvía a los ojos y así hasta que Janet dejo de hablar dando espacio para responder a sus preguntas.

—de hecho es un si a todas esas opciones—. En un rápido movimiento sello sus labios con los de Janet y se separó rápidamente. —no paro de pensar en ello—. Sus labios volvieron a impactar con los de Janet pero a diferencia de la anterior sus labios atraparon los de Janet y sus manos rodearon su cintura para que no se alejara, cosa que estaba totalmente fuera de las ideas de Janet. Al igual que Mía ella lo deseaba desde la tarde en que Mía la había dejado con ganas de más. Janet apresurando las cosas tomo la cintura de Mía con fuerza y la recostó sobre la cama. Con ambas manos abrió sus piernas para darse espacio y se recostó entre ella. En medio de la sonrisa de Mía dejo un nuevo beso, más apasionado y hambriento que el anterior, sus manos se perdían en los cabellos de Mía mientras está levantaba la camisa de Janet la que aún no podía quitar debido a la insistencia de Janet por quedarse en sus labios. Cuando por fin Janet abandonó sus labios fue capaz de arrancarle la polera. Acarició su abdomen y presiono su cintura dejando sus cuerpos tan Unidos que parecían uno. Mordió su cuello con suavidad y para Janet fue inevitable soltar un gemido, su piel se erizo y sintió un escalofrío por toda su columna vertebral. Janet volvió a su posición, cerro las piernas de Mía y se sentó a horcajada de ella. Quito su blusa y la tiro lejos. Sus dos dedos acariciaron su rostro desde la frente hasta sus labios, en donde terminó por atraer su labio inferior y finalmente Mía lamió sus dedos con sensualidad. Una vez que su dedo fue liberado continuó su recorrido por entre sus pechos, por su estómago, su obligó y luego presiono por sobre sus pantalones, lo que hizo que Mía se retorciera un poco debido a la sensación provocada por Janet, Mía se sentó sobre la cama aún con Janet sobre ella y la beso, sus lenguas combatían con brutalidad y sus manos frotaban sus cuerpos con brutalidad, como si se desearan desde hace años.

en solo 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora