Lucy en multimedia
Lucy se sentía a punto de tener un pequeño gran ataque de nervios, se encontraba en la enfermería, sosteniendo la mano de su nueva amiga, mientras esperaba a que la enfermera volviera con el algodón con alcohol para poder ver si eso la despertaba.
Se había asustado demasiado, al final se había dado cuenta que no había matado a su luna, pero los segundos en los cuales la idea estuvo en su mente se sintió pésimo. Para Lucy, la caída de Sira fue terrible, y se trataba de un verdadero milagro que no se haya roto la cabeza o algún hueso cuando su cuerpo impactó contra la fría cerámica del suelo.
—Cariño, no te preocupes, tu amiga estará bien —La dulce enfermera se acercó hacia ellas, con algodón en mano, para pasarlo por debajo de la nariz de Sira por unos segundos. Cuando nada de eso hizo efecto, la mujer suspiró —Bien, creo que a tu amiga sólo la despertará el tiempo. En unos minutos, como máximo una hora, estará en sus cabales.
—Bien, muchas gracias —le dedicó una sincera sonrisa a la mujer antes que ésta se fuera —Dios, lo siento, Sira, no sabía que tú no sabías nada.
—¡¿Dónde está?! —Lucy tragó saliva al escuchar la voz de Kaled, su alfa. En cuestión de instantes, ella se encontraba de pie y con la cabeza gacha, en símbolo de respeto y sumisión a su superior. No tuvo que mirar hacia la puerta para saber cuándo llegó él, porque podía sentir su presencia perfectamente, como cualquier licántropo cuando su alfa se acercaba —¿Qué sucedió, Lucy?
—Lo lamento, Kaled, pero no sabía que ella no estaba enterada sobre tu condición —Lucy se asustó cuando escuchó el ruido del yeso haciéndose añicos contra el puño de su enorme alfa.
—¿Cómo puedes ser tan estúpida? ¿Cómo? —En cuestión de segundos Kaled se encontraba frente a ella, levantando su barbilla para que sus ojos se encontraran. Lucy tragó saliva al ver la mirada salvaje en ambos ojos. Tanto su lobo como su lado humano estaban furiosos con ella.
—¡No me toques! Soy tu hermana, jamás te haría esto adrede —Lo empujó, olvidando todo el respeto que se suponía que debía tener ante él.《A la mierda la ética, es un imbécil》
—¡Tú casi matas a mi compañera! —El aliento de Kaled chocó contra el rostro de Lucy, haciendo que ella frunciera el ceño con incomodidad. Estaba demasiado cerca, y su mirada era demasiado salvaje, no sería la primera vez que las cosas se le salieran de control.
—Aleja tu apestoso hocico de mi rostro, idiota —Lucy volvió a empujarlo, olvidándose de que Sira estuviera tan sólo a unos metros detrás de ellos— ¡No le hice nada! Tú eres el imbécil que anda publicando sus derechos ante ella cuando ni siquiera sabe lo que eres, el lugar que ocupas en tu propia manada.
—Es porque no quiero que escape, no quiero asustarla, quiero ir lento —Los ojos preocupados de Kaled no hicieron que retrocediera o sea condescendiente con él. Estaba enfadada, no podía mentirle a su compañera, no con algo así ¿Qué tal si alguien la atacaba? ¿Qué tal si alguien se aprovechara de ella o la engañara? La chica no tenía ni idea de dónde estaba metida, las cosas no eran justas.
—¡Ustedes, trogloditas, no pueden esperar para absolutamente nada! Se lo ibas a ladrar al otro día, y lo sabes muy bien —Lucy resopló— "Tú eres mía" "yo un alfa y debes obedecerme" ¿Cuánto ibas a tardar en sacar tu carta? Nada. Te hice un favor, agradéceme.
—Estás loca —Kaled gruñó.
—No, soy mucho más cuerda que tú —Lucy lo apuntó con su dedo índice— ¿Vas a decirme que planeabas otra cosa? Ah, sí, embarazarla y luego tirarle la gran noticia sobre que es la luna de una manada, la imagen más importante del lugar. Claro, así jamás escapará. Eres un imbécil, y demasiado predecible. Inmaduro, si sigues comportándote así ella notará que tú no la mereces...
ESTÁS LEYENDO
Sweet Decadence
WerewolfPara un licántropo, el imprimarse de un humano es todo problema, pero ¿De una Ninfa? Diablos, Kaled Cox jamás imaginó que su compañera sería Sira, la bella morena asustadiza que se deslizó tan rápido en su pueblo y vida que jamás la vio venir. Él ja...