—¿Fue el idiota de Elliot? —Sira se aseguró de observar el camino por ella, esquivando a las docenas de estudiantes que las observaban fijamente, probablemente intrigados porque Sira no se encontraba con su culo pegado al del pulgoso.
—Sep. —El tono seco de Lucy sólo le hizo asegurarse que ésta vez ella estaba en serio dolida.
—¿Qué sucedió? —intentaba ser lo más precavida posible con cada pregunta, como si estuviera frente a un animal salvaje. Sira se sorprendió por su capacidad de pensar antes de hablar, esquivar imbéciles y dirigir a una deprimida adolescente; todo a la vez.
Joder, era buenísima.
—No... no sé cómo comenzar a explicarlo —El rostro de Lucy se relajó considerablemente cuando ambas entraron a la seguridad de los baños para chicas. Si bien el olor allí no era de lo mejor, el estar solas ayudaba para que la chica se relajara— Él... sigue comportándose como imbécil ¿Sabes? Se pone todo posesivo si me ve con alguien más... pero luego... él no me persigue o me busca, como yo esperaba, Sira. Él no cambió, y no parece estar intentándolo. Ni siquiera parece estar interesado en conseguir mi perdón.
Sira frunció el ceño al escuchar aquello, la forma en la cual Lucy hablaba hacía que su corazón se estrujara por ella, que todo su cuerpo vibrara por la furia. No podía creer que Elliot siguiera lastimándola. No podía creer que un idiota como él había convertido a la segura y enérgica Lucy Cox en un saco de autocompasión y lástima. La jodida chica se abrazaba a sí misma con sus ojos bajos.
—¿Qué te dijo, Lucy?
—Más de lo mismo —Rodó sus ojos, probablemente recordando sus palabras. Una única lágrima consiguió rodar por su mejilla gracias a aquella acción— Tú sabes, la parte de ser una niña, dijo que su compañera sería una fuerte mujer, no una niñita mimada. Que estaba equivocado, yo jamás podría ser su chica —Lucy pasó una mano por su cabello— Joder, Sira, te lo juro, puedo ser muchas cosas, pero no una niña mimada.
—Lo sé —murmuró Sira, recordando a su padre, David. Recordando su fría mirada, no creía que tratara a Lucy como su princesa exactamente— ¿Por qué es tan imbécil?
Los ojos avellana subieron hasta observarla.
—Porque tiene miedo, sabe que voy a rechazarlo si se acerca, que va a tener que luchar. Y él es muy imbécil como para luchar por una niñita. Sus palabras, por si te lo preguntabas. Él no quiere luchar, nunca tuvo que pelear por nada, es un puto niño mimado —Lucy apartó su mirada luego de eso— Desde que todo sucedió, yo esperaba que se acercara aunque sea un poco. Y fui estúpida, estaba ilusionada, no voy a mentirte. Por lo cual me acerqué y le pregunté qué mierda pasaba. Entonces él vomitó su veneno en mí, justo antes de irse del brazo de una rubia. Ella tenía tetotas, Sira ¿Cómo puedo competir con eso? ¿Cómo puedo competir contra las otras chicas siendo tan... yo?
—Tu trasero es uno de los mejores que vi en mi vida, Lucy. Además, se supone que no deberías preocuparte por cómo se ven las demás, no es sano —Sira pensó en alguna forma de hacer sentir mejor a su amiga. Verdaderamente, nunca había tenido problemas de autoestima, el hecho de ser parte Ninfa le daba una belleza casi innegable. Jamás se había sentido inferior o superior a nadie, sólo estaba conforme consigo misma— Eres hermosa, Luce, y de una forma increíble. Joder, chica, nadie tiene pestañas como las tuyas.
Los bonitos y grandes ojos castaños subieron hacia ella, una tonta sonrisa tímida jugando en los labios de la rubia.
—Sira ¿Sabes lo mucho que jodidamente te amo? —Lucy se acercó hacia ella, casi en un parpadeo y la envolvió en sus brazos, casi dejándola sin aire por lo fuerte que la apretó— De todos modos, no voy a dejar que Elliot me haga sentir mal, no soy imbécil. Sólo me duele tener un compañero de mierda.
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Sweet Decadence
WerewolfPara un licántropo, el imprimarse de un humano es todo problema, pero ¿De una Ninfa? Diablos, Kaled Cox jamás imaginó que su compañera sería Sira, la bella morena asustadiza que se deslizó tan rápido en su pueblo y vida que jamás la vio venir. Él ja...