15'La carta misteriosa

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Hola bb's

Mientras daba el último golpe al saco de arena un objeto misterioso de color violeta se deslizó debajo de la puerta del gimnasio.

Detuve todos mis movimientos y aún con la respiración un tanto agitada, caminé hasta llegar al lugar donde el objeto residía. Antes de tomarlo del suelo sequé el sudor de mi frente con un paño que colgaba de mi cintura y después lo levanté, al girarlo noté de inmediato que aquel «objeto», era nada más y nada menos que una carta.

¿Una carta, para mí?

Miré a mis lados como si alguien más estuviera en el gimnasio y después me recriminé por ello. Llevaba horas en aquel salón y ni una sola alma se había presentado, ¿como por qué alguien dejaría una carta en el gimnasio?

Aquello era lo más extraño que me había sucedido en los últimos años. Ya nadie enviaba cartas, ahora todo era a través de los mails.

Muy dentro de mi mente la idea de ser parte de un juego macabro me inundó y me vi obligado a reprimir aquel ridículo pensamiento de inmediato.

Revisé el sobre.

«Para Steve Rogers» decía en la parte inferior trasera del sobre con letra mecanografiada.

Tomé el dobladillo del papel y comencé a despegarlo con extremo cuidado. En aquellos años cuando era joven, era todo un arte no rasgar el paper del sobre de las cartas. Yo había aprendido aquel arte haciendo sobres por mí mismo intentando prepárame por si algún día llegaba una carta de alguna chica.

No obstante, en realidad nunca había recibido una gran cantidad de cartas. Y de las pocas que recibí, ninguna era de de alguna chica. La única que recordaba era una que mi madre me había enviado avisando que papá había muerto. Y aquello definitivamente no me había animado.

Solté un suspiro y abrí el papel en su totalidad revelando unas cuantas líneas escritas con letra mecanografiada.

Internamente me preparé para lo peor.

«Querido Steve,

Debes estarte preguntando por qué ha llegado una misteriosa carta a ti, y si yo fuera tú seguramente creería que esto es una broma. Pero no lo es.
Desde hace tiempo he querido poder hablar contigo de algo que me ha estado robando el sueño noche con noche.

Últimamente hemos compartido juntos grandes momentos y pude darme cuanta que lo que siento por ti va más allá de la maravillosa amistad que compartimos. Debo admitir que me gustas, me gustas mucho.

Por el momento no puedo decirte quien soy. No quiero arruinar nuestra maravillosa conexión, espero lo entiendas y espero algún día poder decírtelo o que lo descubras.

Atentamente: la chica que en secreto te quiere.»

Releí la carta 4 veces en busca de algún nombre, alguna pista, pero no había nada, ni rastro de quien podía ser la emisora de aquella carta. De lo único que estaba seguro era que se trataba de una «ella» y no de un «él».

Estaba perplejo.

Por años esperé una carta misteriosa por parte de una chica, fantaseaba con la idea de tener una admiradora secreta, y de pronto aquella carta llegaba 60 años tarde cuando mi interés en las relaciones estaba más que sepultado tres metros bajo tierra.

Dentro de mí me temía que alguien ahí afuera se estuviese burlando de mí porque tal como decía la carta era muy probable que todo se tratara de una broma de mal gusto. Sin embargo quien quiera que fuera la emisora, había logrado picar mi curiosidad.

Romanogers little and big One Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora