Romanogers little and big One Shots

7' Niños

Nuevo One Shooooooooot

Estábamos entrenando juntos cuerpo a cuerpo hace menos de treinta minutos y ahora mismo estábamos frente a frente jugando.

Ambos éramos fuertes. Manteníamos la mirada. Ni un solo pestañeo. Ni una sola sonrisa.

Pero alguien tenia que perder. Y esa persona fue él.

—¡Pestañeaste! —exclamo sonriendo y apuntando a su rostro con uno de mis dedos, él sonríe aceptando su derrota.

—Tú habías movido tu mirada antes. —afirma, sonriendo.

—Sabes que no puedes mentir Rogers. Admítelo. Perdiste.

—Solo hay una persona en este planeta que me ha vencido en batalla de miradas. Y me duele que haya sido una chica. —anuncia mirándome. Ante su comentario mis labios se entreabren y mi mirada se torna incrédula. ¿No hablaba en serio, o sí? Si hablaba en serio lo golpearía.

Muy fuerte.

—Tu comentario ha sido el más sexista que alguna vez haya escuchado. Tienes que decirme que era una broma. —digo apretando una de sus manos. Él ni siquiera se mutó.

—No es broma. —afirma sonriendo— lo que más me duele es que esa chica haya sido Natasha Romanoff, la chica más... —Antes de que pueda terminar me lanzo encima de él cubriéndole la boca con mis manos, no podía dejar de sonreír, aveces Rogers era tan infantil, le encantaba molestarme, pero jamás, jamás me insultaba, todo siempre es juego, justo como ahora.

—Di que te retractas. —estaba prácticamente encima de Rogers cubriéndole la boca y mirándolo a los ojos. Él solo sonreía debajo de mí.

—No.

—¿No recuerdas esa vez que... La vez que te dejé desmayado por una hora?

Steve asiente.

—Entonces di que te retractas.

Nuevamente negó.

—Steven Rogers, te declaro persona muer....

Y en ese instante un pequeño dolor se hizo presente en uno de mis dedos, sin poder evitarlo alejé mi mano por acto reflejo y me encontré con un Steve riendo a carcajadas.

—¡Me mordiste! —exclamé tomando mi pequeño dedo entre mis manos— ¡eso es trampa!¡juego sucio!

Steve seguía riendo, sentía en mi abdomen su pecho subir y bajar con cada carcajada que daba, lo que hacía que cada vez yo sonriera más ampliamente hasta que termine riendo junto con él.

Lentamente me desvanecí a su lado, mientras la risa se terminaba junto con el aire en nuestros pulmones. Permanecimos tendidos en la suave alfombra mirando al techo sin decir una palabra hasta que escuchamos un carraspeo a nuestros pies.

Giré mi rostro y me encontré con Thor, quien nos miraba como si fuéramos un par de árboles que hablaran, con el ceño fruncido y los labios en un casi invisible mohín de confusión.

—Lady Romanoff —dijo antes de hacer una pausa mientras miraba a Rogers de pies a cabeza.— Lady Pepper me ha dicho que te necesita.

Dejé caer mi cabeza en el suelo de nuevo y solté un suspiro, la batalla de miradas tendría que esperar para otra ocasión.

Me puse de pie con lentitud y cuando me encontraba perfectamente enderezada le di una patada en un costado al Capitán, quien no pudo evitar soltar una exclamación y se dobló llevándose las manos al abdomen.

—Eso es por morderme. —dije antes de agradecer a Thor y desaparecer por las puertas del ascensor.

—¡Nat! Ven, rápido.