Romanogers little and big One Shots

26' Un trago de vodka

SE ME OLVIDÓ DECIRLES EN EL SHOT PASADO QUE TIENEN HASTA EL 1ro DE JULIO PARA VOTAR♥️ (también pueden votar por los shots que publique de aquí a esa fecha)

No era una novedad que la fiesta se hubiese descontrolado por completo. Y la culpa, aunque nunca quería aceptarla, la tenía el mismísimo Tony Stark, organizador de toda fiesta existente en la mansión desde el día de la construcción misma.

«Será una reunión tranquila, solo amigos cercanos» había dicho a Pepper temprano por la mañana mientras la pelirroja firmaba cientos de documentos referentes a Stark Industries. La señorita Potts al escuchar aquello había girado los ojos de una manera tan propia como solo ella podía hacerlo y al final, siendo víctima de los encantos del millonario, aceptó la petición, que esta vez no solo iba por parte de su querido ex-jefe, sino según había escuchado, venía por parte de Rhodey, Clint, y vayan a saber, Thor.

Sin embargo, y a pesar de las promesas del millonario, resultó que aquellos amigos cercanos habían llevado a sus amigos cercanos, y así sucesivamente hasta que una muchedumbre desconocida se había adueñado del lugar, completamente ebrios y perdidos en sus penas y proezas.

Y apenas eran las nueve de la noche.

El único que parecía seguir cuerdo entre toda la multitud, era el Capitán Steven Rogers, quien debido al suero, le era imposible embriagarse, además de que prefería permanecer con sus cinco sentidos bien alertas.

Hasta Thor, quien usualmente se encontraba sobrio, había caído rendido en uno de los sofás de la esquina después de haberse tomado una botella entera de un líquido Asgardiano potencialmente sospechoso.

El rubio miró a los alrededores, donde la gente bailaba, reía, charlaba y hacía algunas otras cosas que prefería omitir, y siendo presa del aburrimiento dio un sorbo a la copa de Whisky que reposaba en sus manos. Un suspiro llegó a la punta de su nariz y después de dejarlo libre bajó la mirada de nuevo a la copa que se encontraba entre sus manos.

Hacía rato había estado charlando con Sharon y con Sam, sin embargo la rubia había decidido irse hace algún rato porque según «mi avión sale en tres horas» y Sam, después de decir que iba por otro trago había terminado bebiendo una infinidad de shots junto a Scott hasta terminar arriba de la barra bailando lo que parecía una canción latina.

Steve volvió a suspirar y miró por milésima vez los alrededores, deteniéndose como cada una de las veces pasadas, en un punto específico: allá, lejos de las grandes masas, cerca de la terraza donde el aire soplaba fuertemente, se encontraba cierta pelirroja, que aquella noche portaba un vestido negro entallado que le hacía ver demasiado bien. Su cabello lacio caía como cascada sobre sus hombros y aquellos labios carnosos iban retocados de color vino.

Otro suspiro.

Natasha reía a carcajadas de lo que parecía un chiste que Buck le había contado. El diminuto vaso rebosante de un líquido transparente se derramó con los movimientos bruscos de la joven y con ello ambos rieron incluso un poco más fuerte.

Steve frunció el entrecejo y dejó que su espalda reposara en aquel sillón de color marrón donde dormía una castaña de vestido diminuto y al otro lado una pareja que se besaba con lujuria.

«Qué tiempos» pensó el rubio al escuchar un gemido de los jóvenes.

Sin embargo no le dio importancia y devolvió su mirada a la rusa, quien ahora tenía una mano puesta en los hombros de su mejor amigo.