uno.

7.9K 490 43
                                    

Jilin, China

"¡Date prisa! El timbre está a punto de sonar." gritó Yiyang, al otro lado del teléfono.

"¿Acaso piensas que no me he dado cuenta?" dije, hiperventilando.

Vamos Yina, solo quedan dos minutos y estarás en el instituto antes de que la profesora haya entrado por la puerta de clase.

"Bueno, igualmente no cuelgues. No quiero que parezca que estoy sola." dijo.

"Eres tonta. ¿A quién le importa que estés sola durante dos minutos?" suspiré.

"Como sea. Date prisa. Quedan menos de dos minutos."

"Estoy en ello, voy lo más rápido que-" dije, antes de ser interrumpida por una caída bastante importante. Cuando me quise dar cuenta, mi cara estaba pegada al suelo.

"¿Yina? ¿Estás ahí?" escuché la voz de mi mejor amiga al otro lado del teléfono y volví a cogerlo. Por suerte, no le había pasado nada. "¿Ha pasado algo? ¿Estás bien?"

"Sí, sí. Estoy bien." mentí, mientras me ponía de rodillas, limpiando con mis manos la falda del uniforme. "Solo ha sido una caída."

"Quedan segundos, date prisa o llegarás tarde."

"Ahora..." hice una pausa, al ver algo que no me esperaba. "...voy."

"¿Yina? ¿Pasa algo?"

"No, nada. Ahora hablamos." dije, antes de colgar la llamada.

Un móvil descansaba sobre el pavimento. Supuse que a alguien se le había caído mientras corría hacia el instituto, al igual que hacía yo. Lo cogí y lo guardé en mi mochila, al ver que nadie venía a por él. Llamaría a alguno de sus contactos cuando las clases acabaran, para saber de quién era y poder entregárselo.

Me levanté y corrí lo más rápido posible hacia el aula correspondiente. Entré en la clase en el momento en que sonó el timbre. Justo a tiempo.

Apresurada, caminé hacia mi asiento, junto a Yiyang.

Yiyang había sido mi mejor amiga desde que llegué a China, hace dos años, junto con Kun, quien iba a una clase diferente a la nuestra.

"¿Qué es lo que has visto que te impresionó tanto?" preguntó, refiriéndose a cuando corté la llamada. Saqué el móvil de mi bolsillo y se lo enseñé. "¿Lo encontraste?" preguntó. Asentí con la cabeza y ella abrió la boca, sorprendida.

"Llamaré a alguno de sus contactos cuando haya un receso."

"Qué aburrida eres. ¿No piensas hacer algo más... divertido?" dijo, con esa típica sonrisa cómplice que siempre tenía. Yiyang siempre había sido muy segura de sí misma, y le gustaba hacer cosas divertidas, incluso cuando teníamos catorce años. Ahora teníamos dieciséis y seguía siendo igual, muy diferente a mí, y eso es lo que nos hizo mejores amigas.

once again || huang renjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora