1.- Remember to keep us alive
Jamás había recibido tantos abrazos en un solo día y, en menos de una hora. Alrededor de cincuenta personas ocupaban el gran salón que utilizábamos en situaciones que ameritaban una fiesta. Mi cumpleaños no era la excepción, por lo que tanto mi padre como mi madre, decidieron realizar aquello como una sorpresa.
Grande fue mi sorpresa cuando regresaba a casa, agotada, sin ganas de salir de mi habitación. Y, es que ese era mi plan; regresar a casa y no salir de mi pieza. Pero aquello se vio baqueteado con el grito unísono que todos los invitados dieron en cuanto puse un pie en casa. Invitados que, en su mayoría no tenía conocimiento de que existieran.
-Feliz cumpleaños, mi hermosa princesa -Expresó mi padre. A su lado, la presencia de mi madre se hizo presente. Sonriente y radiante. Me llamó la atención el atuendo que llevaba. Un vestido rojo, un tanto brillante que combinaba con su cabello negro azabache.
-Creí que ese vestido lo utilizarías para mi graduación -Sonreí. Mi madre sonrió, se aferró al brazo de mi padre y, soltando una risita me confesó que la situación ameritaba aquel vestido.
-Verás, tu madre...
- ¡Oh, Luke! - Interrumpió mi madre. -Tendremos tiempo en la noche para anunciarle las buenas nuevas. Dale el regalo. Hija, dentro de aquella caja, hay algunas cosas que te interesaran. -Anunció mi madre, emocionada.
Tomé la caja decorada y envuelta en un papel rosa. La sacudí con suavidad, deduciendo por el sonido que hacía ésta, había objetos delicados. Mis progenitores sonrieron para sí, esperando que abriera el regalo de una vez. No les hice esperar, encontrándome con un pasaporte para viajar a Europa, entre otros objetos de cristal. Fruncí el ceño, confusa, pero excitada por saber que el pasaporte dictaba ir a Grecia. Sin embargo, me percaté que solo había un pasaporte y éste era sin regreso.
-No entiendo -Solté una risita nerviosa. -¿Iré solo yo? Y, al parecer no tengo regreso...
-Nosotros iremos después, ya sabes. Nuestro trabajo dicta mucho -Respondió mi madre. Aunque ellos pensasen que yo no captaba sus miradas cómplices, pude deducir que algo sucedía. Quise indagar, y preguntar cuál era el motivo por el que me enviaban a ese viaje que ciertamente, ellos creían era el mejor regalo de cumpleaños. Lo era, ¡claro que sí! pero la intriga hacía ver aquel regalo como algo poco deseable.
Cuando quise realizar una última pregunta, un estruendo resonó en todo el hogar, derribando parte de la casa, convirtiéndola en escombros en menos de segundos. No era más que humo el veía, y gritos los que escuchaba. Aquellos que desaparecieron a medida que cerraba los ojos, encontrándome finalmente, con el silencio absoluto.
**
La fuerza de su mano me hizo volver de inmediato a la realidad. A oscuras en la habitación, no sentía nada más que mi respiración agitada producto del sueño que desde hace más de un año se manifestaba en cuanto cerraba los ojos.
La pesadilla no tenía intención de irse y, es que por más que buscase ayuda, el recuerdo de la muerte de mis padres estaba allí, latente en mi psiquis como si todo hubiese ocurrido el día anterior.
-No puedo olvidar -Sollocé, pero él, como todas las noches, me abrazó sin emitir palabra alguna, dándome su protección a través del calor que emanaba su cuerpo y sus brazos que prometían nada malo iba a suceder.
Mi vida había cambiado considerablemente y con ello me refiero a que desde ese día pasé a ser parte de un mundo totalmente diferente al que solía ver. Mis padres habían evitado contarme que eran parte de una agencia llamada S.H.I.E.L.D. Todo con el fin de proteger a su primogénita y única hija que podían optar tener. O al menos eso creí cuando supe que ambos traerían a otro integrante al grupo familiar. Desde ese entonces, entendí por qué el pasaporte a Grecia. Ellos predecían el ataque inminente en cualquier momento.
-Recordar nos mantiene vivos, _____. -Contestó mi acompañante después de unos minutos en completo silencio. Suspiré, agobiada.
-Solo borraría esa pequeña parte de mi vida, Bucky. -Aclaré. - Yo...simplemente quisiera dormir tranquila una noche. ¿Cómo lo haces tú después de todo lo qu...? - Logré cerrar la boca antes de seguir hablando, quedando en un silencio más que molesto por mi acotación inoportuna. Pero Bucky no hizo más que sonreír.
Entendía que él también tenía un pasado oscuro del cual de a poco me fui enterando una vez conocí a Los Vengadores. Algunos datos me los entregaba Steve, su mejor amigo, esperando que yo no comentara nada al respecto, otros datos simplemente los obtenía por mi cuenta, pero nunca salió nada de su boca. Esa noche, después de un tiempo bastante considerable a su lado como novios, me contó todo lo que yo algún día quise saber. Su misión, su pasado, aquello que atormentaba al llamado soldado del invierno pero que, con gran esfuerzo, lograba guardar todos esos recuerdos en lo más oculto de su mente.
-Y-yo, diablos Bucky -Murmuré, estupefacta tras escuchar el sinfín de historias en las que él, era el villano. -N-no s-sé qué decirte -Titubeé.
-Recordar nos mantiene vivos, _____- volvió a repetir. -Recordar te hará saber quién eres y qué quieres. Recuerda, y tendrás un motivo para honrar la muerte de tus padres. -Argumentó mi novio.
Me aferré a su cuerpo, apegándome a él. Esta vez, la aflicción que sentía cesó, liberándome de toda emoción y sentimiento con respecto a mis padres. Nada de lo que me había sucedido se asemejaba a lo que Bucky debió vivir. Un soldado adiestrado para matar y, que ahora su misión era remediar todo lo que había causado en la humanidad.
Claramente mis padres se habían ido, dejándome en un mundo del que jamás creí existiría pero que, sin embargo, me dio la oportunidad de conocer a James Buchanan Barnes. El soldado que en su tiempo fue un asesino programado pero que ahora, era mi novio y el hombre con él que quería compartir mi vida entera.
----
Ajá, primer intento de un One- Shots. Hace tiempo quería hacer algo con Bucky, y, creo que el momento llegó jeje. Espero que esto de hacer One Shots se me de. En fin, amor a todas y, nos estamos leyendo <3.