65.- I believe you II
Entre dormida, sentí un bloque de hielo en uno de mis brazos. El gélido objeto me hizo estremecer bajo la calidez de las sábanas. Me quejé, en mis sueños estaba en la habitación oscura. Sabía que estaba recostada sobre la nieve, aun cuando no pudiste ver absolutamente nada. Me estaba congelando.
La ronca voz de bucky apareció entre la oscuridad. Seguido por una gélida brisa invernal. La oscuridad se disipó en mi mente, y con exactitud pude percatarme que quien me llamaba, había posado una de sus manos en mi brazo izquierdo. El metal de su extremidad remeció mi anatomía. Nunca le había tocado o siquiera mencionado. Bucky era muy quisquilloso si se trataba de aquel misterioso brazo de metal.
—Tienes el sueño pesado. —Me dijo una vez vio que despertaba.
—Disfruto dormir. Al menos todo lo que pueda hacerlo. —Sonreí con esfuerzo. La somnolencia me hizo bostezar.
—A desayunar. Tienes entrenamiento en una hora. —Informó. Fruncí la nariz. Últimamente los entrenamientos no me estaban gustando si Romanoff era quien me instruía. La mujer parecía realmente empecinada en hacerme pagar el sufrimiento que le causé hace meses atrás. Aún tenía el moretón en mi pómulo derecho, y dolía cada vez que quería reír. Ese hematoma, cada vez que me miraba al espejo, era quien me recordaba que Romanoff y yo, jamás haríamos las paces.
Bucky pareció percibir mi descontento y poca motivación por querer seguir practicando y ser una vengadora. Y es que no me era muy llamativo serlo si sabía que, dentro del equipo, había alguien que me quería hacer pagar mi error.
El castaño insistió en que me levantara, más yo, escondí mi cabeza bajo la almohada y me quejé.
—Si me vuelve a hacer daño, no dudaré en hacerle daño yo también. —Sentencié molesta Mi voz se amortiguó bajo la almohada, pero Bucky logró escuchar de igual forma pues, escuché que soltó una risita ligera.
—No te preocupes por Romanoff, ___________. Ella ya no te entrenará. —Alcé una ceja, dudosa.
—¿Tan aburrida soy?
—Tiene una misión. Le llevará algunos meses concretarla. —Se encogió de hombros. —Seré yo tu nuevo entrenador. —Dijo y caminó hacia la salida y se fue.
Saludé al capitán y Clint en cuanto entré al living del complejo Stark, ambos se encontraban sentados en el diván, viendo la TV. Por lo que pude ver, un documental sobre la posible vida en otros planetas. Ambos alzaron sus manos y me saludaron con amabilidad. Fui por algo de comida y volví hacia ellos quienes, no dudaron en hacerme un puesto para que me sentara al lado de ellos.
-A sí que bucky será tu nuevo entrenador. —Comentó Clint. Sus labios se curvaron en una sonrisa socarrona. —¿Debo decirlo?
—¿decir qué? —Inquirí, dándole un sorbo a mi café.
—Soy ajeno en temas amorosos. —Le contestó Steve.
—¿Amorosos? —Cuestioné. Clint parecía estar reprimiendo una carcajada. —¿Qué sucede?
Steve miró su reloj de pulsera y, levantándose de nuestro lado se despidió con la excusa de que Fury le necesitaba. El ambiente entre Clint se tornó molesto e incómodo. No habló hasta que le amenacé con quebrarle un brazo si no hablaba.
—Tranquila, rompe huesos. —Me dijo el arquero, alarmado. Soltó un suspiro. —Supongo que sabes que Natasha está en una misión. —Dijo. Asentí. —Esa misión es de bucky. En Rusia se encontraron algunas bases enemigas. HYDRA tiene algunos experimentos de los que solo bucky tiene conocimiento. —Explicó. Arqué una de mis cejas, sin entender a qué quería llegar el arquero. Parecía obvio, por su mirada burlona. Pero no lograba entenderlo completamente. —¿No has captado?