33.-Secret Friend
Como era de costumbre, el grupo Avengers se preparaba para dar comienzo al catorce de febrero, el día del amor y la amistad. Era un ritual para nosotros realizar el famoso juego "amigo secreto" Un mes antes, habíamos elegíamos nuestras respectivas parejas al azar, el cual venía su nombre escrito en el pequeño papelito escogido previamente. Teníamos el tiempo suficiente para pensar en los regalos. Este año mi amigo secreto era Wanda.
-¿Quién es tu amigo secreto? -Me susurró Nat muy bajito para que los demás no nos escucharan.
-Es secreto. -Reí. Seguí viendo la televisión, pensado en algún regalo simple pero significativo para la sokiviana.
-Si me dices te puedo ayudar. -Esbozó una sonrisa coqueta. Más negué igualmente. -¿Visión?
-No.
-¿Thor?
-No, Nat. No te diré. -Suspiré.
-¡Tony! -Dijo, como si esa fuese la respuesta. Negué sin prestarle demasiada atención a la pelirroja. Más ella soltó una carcajada estruendosa, dándome a saber que había dado finalmente con mi amigo secreto. -¡Soy yo! -Volvió a exclamar. Rodeé los ojos.
-No, Natasha Romanoff. No eres tú. -La rusa bufó, cruzándose de brazos. -No insistas, no te diré.
-¿Te puedo decir el mío entonces? -Murmuró. -Quizás me puedas ayudar a buscar algo que le guste. -Se encogió de hombros. Por su mirada, pude deducir que su amigo secreto era alguien difícil de sorprender. Entre las opciones que tuve, estaba Tony, Steve y Bucky. Pero éste, era más complejo. Romanoff se mostraba inquieta y un tanto disconforme con quien le había tocado.
Sonreí. Ya sabía a quién le había tocado.
-Podrías regalarle unos tickets para un día en el spa. -Me encogí de hombros. -Últimamente, Bucky ha estado muy estresado. La misión de la semana pasada le dejó bastante irritable.
-¿C-cómo has sabi...?
-Tu desesperación. -Carcajeé. -Y te comprendo. Bucky suele ser un poco difícil. -Suspiré. Y es que el ex soldado del invierno se había rehusado a ser partícipe del juego. Era primera vez que se negaba, pero con la persuasión de Steve, Bucky decidió jugar. A regañadientes, claramente.
-¿De qué hablan, niñas? -Nos preguntó Clint con un vaso de jugo en sus manos. -Por cierto, quisiera que me ayudaran con mi amigo secreto.
Ambas nos miramos y sonreímos. Al final, el amigo secreto no iba a ser tan secreto.
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El ritual se llevaría a cabo durante la cena. Como siempre, Tony decoró el living con lo justo y necesario para darle la bienvenida oficial a san Valentín. Era un horario que nos acomodaba pues, durante el día no todos estaban presentes para poder entregar sus respectivos regalos. Muchos salían a festejar su san Valentín con amigos ajenos a nosotros.
Papper y la familia Barton se unieron a nosotros durante la tarde. La torre Stark era invadida por los gritos y risitas de niños y Tony, luchaba por mantener la calma.
-No, niños. No toquen eso. -Les decía Clint, mientras corría tras de sus hijos para arrancar un jarro valioso de sus manos. Un jarro que Tony había conseguido en uno de sus viajes a Marruecos. El favorito del multimillonario.
-Bien, ¿podemos comenzar? -Preguntó Tony. -Ya es hora. -Aplaudió ansioso. Nos sentamos en nuestros respectivos puestos y dimos inicio a San Valentín.