"Escapando te encontré" Victuuri [Yuri On Ice]

Capítulo 33: Viajemos a Francia

Les traigo un nuevo capítulo  n.n Lamento si este tiene algún error y aprecio si me lo señalan para arreglarlo :) Espero que les guste ❤

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¿Cómo había sucedido eso? Hacía casi nada de tiempo que ambos estaban bien, sin embargo solamente tenía que aparecer esa mujer para que lo arruinara todo y eso hizo que Víctor... se pusiera algo extraño y mal por estar con esa persona. El pobre Yuuri por suerte pudo calmar al patinador, pero en esos momentos se había quedado inmóvil cuando él lo había atrapado entre sus brazos y el menor no sabía bien qué hacer además de corresponderle el abrazo al otro chico ¿Qué se suponía que podía hacer para ser más de ayuda para Víctor? No creía que fura suficiente lo que estaba haciendo por él, tenía que poder hacer algo más que eso, lo que fuera ¿Cuánto tiempo las cosas iban a seguir de esa forma? Detestaba sentirse tan limitado e impotente por no lograr nada y lo único que parecía que lograba hacer por su cuenta era solamente permanecer al lado del ojiazul, pero temía y sabía que no siempre iba a ser de esa forma. Había tenido su mente sumergida en esos pensamientos, hasta que sintió como el ruso comenzaba a temblar levemente, cosa que hizo que el japonés se preocupara aún más, necesitaba hacer algo rápido, tratar de que el patinador se sintiera mejor... de alguna forma.

- ¿Víctor? – Preguntó el menor mientras trataba de no sonar tan preocupado y poner peor al otro chico.

- Estoy bien, solamente... quiero quedarme así un poco más Yuuri, por favor – Le pidió él en voz baja.

- Víctor... – Estuvo un rato en esa misma posición, hasta que se decidió por hacer algo - ¡Víctor! – Lo alejó de él, sin embargo seguía rodeándolo con sus brazos - Viajemos a Francia – Dijo el pelinegro, sorprendiendo al mayor.

- ¿Qué? – Preguntó el peliplateado sin entender mientras parpadeaba varias veces.

- Vine a Rusia por ti y ahora por lo mismo te acompañaré a Francia, sé que tienes que hacerlo, pero quiero estar a tu lado en ese momento.

- Pero Yuuri, yo... - Comenzó a decir el ruso, sin embargo fue interrumpido por el menor.

- Víctor, la competencia ya terminó y quiero... ¡Quiero hacer esto por ti! Necesitas hacerlo antes de seguir avanzado y que tú también lo hagas – "Quiero que superes todo aquello que te daña y estar a tu lado mientras lo haces" – Pensó Yuuri, más no lo dijo.

El peliplateado lo miró atónito, sin saber qué era lo que le sorprendía más, si se trataba de la repentina confianza y determinación de Yuuri o el hecho de estarle pidiendo algo como eso... ¿Ir a Francia? ¿Por qué hacer algo tan repentino? Quizás la competencia sí había terminado, los resultados habían sido alentadores, a pesar de no haber llegado lejos, solamente le queda prepararse para la próxima vez que tenía que patinar profesionalmente. En esos momentos lo único que quería era tomar un descanso y estar con el chico de mirada dulce, sin embargo éste lo estaba viendo de una forma completamente diferente, además de pedirle hacer algo que todavía ni se atrevía a hacer, ya que no se sentía lo suficientemente preparado.

- Yo... - Desvió su mirada, pocas veces se sentía inseguro, sin saber qué hacer y eso era algo que no le agradaba en absoluto.

- Por favor Víc...- Comenzó a decir el menor, sin embargo fue interrumpido por el ruso.

- Está bien – Dijo el mayor en voz baja, para después mirarlo – Si estás a mi lado lo haré Yuuri.

Yuuri sonrió, para después abrazar al peliplateado, quien le correspondió enseguida, ambos se quedaron de esa forma por un rato más, hasta que Víctor lentamente lo alejó de él, para después sonreírle. Eso no había aliviado para nada al pelinegro, sin embargo parecía estar bastante calmado y eso era un progreso, ya que por un momento temía ver otra vez que esos hermosos ojos azules volvieran a estar invadidos por una tormenta y que pronto se desbordaría y lágrimas caerían por las mejillas del ruso. Entonces ambos buscaron a Yakov y a Hiroko para poder regresar a la casa, una vez que los encontraron, Víctor se despidió con una cálida sonrisa de Lilia, quién aparecía querer decirle algo al verlo, como si hubiese notado algo extraño en él, sin embargo mantuvo su silencio. Entonces, al poco tiempo ya todos estaban de regreso siendo saludados por un alegre Makkachin, el caniche saltaba de un lado a otro con alegría y Víctor no tardó en abrazarlo.