20. Bocanada

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Elizabeth
Era más que obvio que tenía que hablar de manera clara con Gustavo sin rodeos y sin prejuicios pero no podía hacerlo sin había una interrupción.

Bueno Charly, sube y yo te alcanzó. -dije extremadamente enojada.-

Está bien. Te espero allá arriba. -contestó y subió rápidamente.-

Saqué de mi bolso mi agenda y una pluma, poniendo en una hoja;

"por favor, si crees que podemos arreglar algo, habla conmigo. Tengo un mundo que explicarte." 

Subí a la habitación de Charly sin decir nada y por obvias razones enojada.

Charly, necesito que me devuelvas la carta, en mi escuela hay un laboratorio y tal vez ellos me puedan ayudar. -yo estaba dudando de Charly.-

Te la entregó mañana. -contestó enojado.-

Creo que debo irme de aquí, uno nunca sabe cuando le van a tomar fotos y malinterpretar las situaciones. -salí de manera inmediata de la habitación de Charly.-

Al salir del hotel fui a un café cercano a ese hotel y en la zona de lectura comencé a hablar con un hombre, de unos 23 años, estaba leyendo Drácula y llamó demasiado mi atención por su asombro al leer. Él observó cuando yo le miraba y sólo me sonrió.

Hola un gusto Emmanuel. -dijo levantando su mano hacía mi.-

Hola Emmanuel, Elizabeth. Dije mientras el mesero dejaba el café en mi mesa.-

¿Puedo acompañarte mientras tomas tu café? -Su sonrisa era noble y así que le dije que si con mi cabeza.-

¿Estarás mucho tiempo en este hotel? -preguntó Emmanuel.-

No, en realidad no. No estoy hospedada aquí, vine a dejar unas cosas a unos amigos pero sólo estoy tomando un café y termiando me iré de aquí.

Oh, entiendo. ¿Sabias que los Soda Stereo están hospedados aquí? -Emmanuel no me daba mucha confianza.-

No, no sabía. ¿Son argentinos, no? -Me hice la desentendida.-

Si, son argetinos. ¿te gusta su música?

No, no mucho, sólo el primer disco. -trataba de ser muy cortante con Emmanuel, no quería tener problemas, ya no quería a nadie más en mi vida.-

Terminando el café me levanté de la silla, tomé mi bolso y me dispuse a irme.

Emmanuel, fue un gusto conocerte pero tengo que irme. Espero que disfrutes a Soda. -al momento de irme Emmanuel tomó mi brazo.-

Seré sincero, tienes unos ojos hermosos, me llamaste la atención desde que tomaste lugar en esta mesa, dudaba en hablarte porque tu belleza me intimidó, perdón por ser tan certero pero si no soy objetivo no llegaré a ningún lugar si no lo digo. -no sabía que decir ante las cosas que decia Emmanuel.-


Ah, no sé que decir Emmanuel, gracias por decir eso pero tengo que irme. -me dí la media vuelta y me dirigía a la salida.-

No, espera, por favor. Te invitó a comer, pero permíte que me conozcas. Me siento estúpidamente tonto al decir eso pero si creo y contigo lo compruebo, pero si creo en el amor a primera vista. O si no tienes tiempo puedes darme el número de tu teléfono y después podemos salir. -seguía sin pensar o saber que decir, saque una hoja de mi agenda y le anoté mi número.-

Muchas gracias Elizabeth. Él agarró una servilleta de papel y anotó el número de su teléfono. Lo tomé y me despedí de él. Saliendo del lugar me agarró un mar de medios empezando a aturdirme con preguntas relacionadas con Charly y Gustavo, gritando que yo era el triángulo amoroso, y algunas fans gritandome que me odiaban, que por mi culpa terminaría el grupo, no contesté absolutamente nada y salí corriendo de ahí, vi que Emmanuel estaba en su auto haciéndome señas a que subiera. Sin duda subí.

Amor AmarilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora