Capitulo 3.

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La hora escolar se pasó bastante rápido para ser el segundo día de clases. Lise se sentó conmigo esta vez y el chico nuevo, que no me acuerdo como se llama, nos miró mal por reírnos de una respuesta que dijo mal en literatura. El profesor de matemática nos dejó demasiada tarea para la próxima semana y juro que ya lo odio.

Estábamos esperando el colectivo con Lise mientras hablábamos de lo horrible que le quedaba el color rosa chicle a Adele hasta que escuchamos una carcajada y nos dimos vuelta poniéndonos serias inmediatamente al ver al chico nuevo a nuestras espaldas sin poder parar de reír.

-¿De qué te reis idiota?- Le dijo la amorosa de mi mejor amiga mirándolo con la mejor cara de odio posible.

-¿Es en serio?- No podía dejar de reírse y yo no entendía el por qué.- 'Parece un chicle masticado por un viejo sin dientes'.- Intentó imitar mi voz y yo lo miré lo más seriamente posible por más que su risa me hiciera gracia.-Emma... Los viejos sin dientes no mastican chicles porque exactamente no tienen dientes.-La forma en la que dijo mi nombre me hizo perder un poco, puse los ojos en blanco y le saqué el dedo del medio lo que provocó su risa otra vez. Lise lo miraba desconcertada sin entender que estaba mal con él. Por suerte el colectivo llegó justo y nos subimos. Él también se subió. Chau suerte. Este iba a ser un viaje incomodo.

-¿Vivís por acá?- Ya empezaba mi amiga con su interrogatorio para poder sacarle la mayor información posible y lo peor es que no dejaba su tono serio de lado.

-No. Tomé el colectivo solamente para viajar con vos.- Su sarcasmo hizo que riera pero mi amiga me miró mal así que me puse seria de nuevo.

-Ya sé que es un privilegio viajar conmigo y que por eso te pusiste al lado mío, pero disimulá mejor la próxima vez campeón.- Esto era guerra de sarcasmo y yo sabía que nadie le podía ganar a Elise en eso. Él la miro medio mal e irritado entonces me metí en la conversación para calmar el ambiente.

-¿Cómo te llamabas?-. Trate de sonar lo más amigable posible y él tuvo en cuenta mi actitud, lo que hizo que sonría un poco.

-Thomas. Pero podes decirme Thom.- Asentí dándole a entender que ahí finalizaba la conversación. Seguí hablando con Lise y después de unas cuantas paradas él volvió a hablar.-Acá me bajo, un gusto chicas...-Hizo una pausa y agregó- Emma, nos vemos.-

-Nos vemos.- Mi amiga y yo contestamos al unisonó. Sonrió de lado y se bajó del colectivo.

Apenas entramos a la casa de Elise el aroma a comida hizo que mi estomago rugiera. Fuimos directo a la cocina y ahí estaba Selene, su mamá, sacando la olla del fuego.

-Emmi, hace cuanto que no venías por acá linda. ¿Cómo estás?.- Ella era un amor de persona, tenía esa voz dulce y maternal que te transmite amor por cada palabra dicha. Sus ojos eran azules como los de Elise y su pelo castaño. Su sonrisa reflejaba lo contenta que estaba de verme y eso me hacía sentir cómoda.

-Bien Sele, ¿vos cómo andas?- Me acerqué a abrazarla y ella correspondió mi abrazo.

-Bien preciosa, gracias. Vamos a la mesa chicas que ya está la comida.- Nos miramos cómplices con Lise mientras Eliot, su hermanito que estaba de espaldas a su mamá, le sacaba un pan de arriba de la mesada. Realmente amo a esta familia, siempre puedo sentirme como en casa con ellos.

Con Elise nos conocemos desde los cinco años, vivimos a unas casas de diferencia y somos muy unidas, por eso es tan fácil para mí ser tan sociable con ella y poder confiar ciegamente en su amistad. Sus papás son increíbles, Selene trabaja de enfermera solo por las noches para poder pasar el día con sus hijos. Adam, su papá, trabaja en una editorial de libros internacional. Eliot es el hermano menor, tiene siete años y es idéntico a Adam. León es el hermano mayor, tiene veinte años y está en Estados Unidos estudiando en Harvard. Sin embargo son una familia muy unida, no como la mía.

Nos pasamos la tarde intentando hacer los ejercicios de matemática, cuando terminamos fuimos a correr a la plaza que queda a unas cuadras. Intentamos correr pero al final nos sentamos a tomar helado. Cuando llegué a casa ya eran más de las ocho así que mamá ya debería haber llegado sin embargo me encontré con una nota en la heladera.

'Te dejé la comida en el horno para que la calientes, tengo mucho trabajo hoy. Seguro mañana llegue más temprano a casa. Te amo. Mamá.'

Yaestaba acostumbrada, mamá es abogada y últimamente tiene muchos casos de gente desaparecida. Lo sé porque la escuché hablar por teléfono con mi abuela. Lucas me mandó un whatsapp diciendo que no va a venir hoy tampoco así que voy a pasarla noche sola y para completar empezaron a escucharse truenos. Genial, uno demis miedos estaba a punto de comenzar: tormenta.     

No es lo que parece.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora