Capitulo 24.

26 2 0
                                    

Emma y Alex en multimedia. 


Pasaron dos semanas desde que tuvimos la reunión en lo de Thomas, todo siguió tal cual lo habíamos acordado. Él se la paso las veinticuatro horas del día conmigo, mi mamá ya se había ido a Bariloche con Dylan y mi hermano estaba esperando que pasen las vacaciones de invierno para irse con su novia. Mis entrenamientos con Alex siguieron, supervisados por el pesado de Thomas obviamente. Podía manejar a la perfección algunos poderes mientras que otros se me iban de las manos, casi incendié el bosque entero intentando controlar el fuego. Adele estaba un poco mucho pegada a mi amigo lo que no me gustaba para nada, no por sentir celos o algo por el estilo si no porque no confiaba en ella. Steve estaba molesto porque la estúpida de Adele andaba atrás de Thomas, lo que es increíble porque supuestamente ellos dos tenían algo así como una relación. Matt me estuvo mandando mensajes para que hablemos pero lo ignoré por completo, no quería saber nada de ese idiota. A parte de todo eso las cosas iban bastantes tranquilas, no supimos nada sobre los Volturi lo que significa que están planeando algo grande pero eso no nos preocupa porque somos más poderosos.

Era viernes a la noche y había una fiesta en la casa de Adele, Thomas quería ir para divertirse un poco pero yo no quería saber nada. Tuve que aceptar porque no podíamos andar solos. Alexander creía que era mala idea ir pero como mi amigo es caprichoso terminamos yendo igual.

Eran las tres de la mañana, me encontraba hablando animadamente con un chico que había conocido hace cinco minutos, al parecer era compañero mío y yo no me acordaba. Cuando se alejó dejándome sola me concentre en Thomas y su estúpida acompañante. Me estaba sacando de quicio ver a Adele arrastrarse por mi amigo, no podía ser más regalada porque no tenía tiempo. Pasó una hora en donde ella le bailaba sensualmente y él no parecía estar nada incomodo porque no la sacaba. Todo era controlable hasta que ella le dio un beso, inesperadamente empecé a sentir como fluía la sangre por mis venas mientras me acercaba a ellos. Thomas no reaccionaba estaba en shock mientras la suripanta seguía atacándolo con sus labios. Cuando llegué a su lado la aparté de los labios de mi amigo por lo que ella bufó enojada.

-Thomas nos vamos.- Sentencié con odio en cada palabra.

Como le estaba dando la espalda a la imbécil no se le ocurrió mejor idea que pegarme una piña en la cabeza, giré con violencia mientras la levantaba del cuello estampillándola contra la pared.

-No me vuelvas a tocar un pelo porque te mato.- Escupí viendo como su rostro se ponía morado.

-Emma no.- Susurró en mi oído Thomas. Lo miré sin bajar a la chica.- Por favor vamos, pero no hagas esto.- Negué con la cabeza soltándola, cayó al piso casi desmayada.

Él se agachó a ayudarla, me reí sarcásticamente y observé a Steve que me miraba con una sonrisa en sus labios al otro lado de la habitación. Sin pensar me acerqué a él y le comí la boca de un beso. Todos los que estaban viendo empezaron a gritar eufóricos, lo solté mientras dirigía mi mirada a el idiota que estaba todavía ayudando a Adele pero me miraba a mi con el ceño fruncido. Touché compañero. Me dirigí hacia la salida evitando los gritos de que lo esperara, no quería estar un segundo más en esa casa. Agarré mi celular y llamé a mi única opción en casos de emergencia.

-¿Hola?- Se escuchó la voz adormilada de Alex al otro lado del celular

-Hola Alex, te necesito.- El pareció levantarse de golpe por los sonidos que se escuchaban.

-Emma... Son las cuatro de la mañana... ¿Dónde estás?- Sonreí nerviosa.

-Estoy a unas cuadras de la casa de Adele.- El suspiró.

No es lo que parece.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora