Capitulo 18.

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Los sollozos de mi amiga hacían eco en la habitación, ella estaba en una esquina sentada abrazándose las piernas con la cara entre las rodillas. Miré hacía la otra esquina y había un lobo de color marrón oscuro mirándome con sus penetrantes ojos negros. Sentí una mano en mi hombro, suspiré cuando vi de perfil el rostro de Thomas. Me quise acercar a Elise pero mi compañero no me dejó.

-Te puede lastimar Emma.- Susurró despacio. Mi amiga al escuchar la voz levanto la mirada llena de miedo.

-No me va a hacer nada Thomas.- Afirmé confiada.

Caminé lentamente hacía donde estaba mi amiga, el lobo me miraba como si fuera su próxima presa pero yo no iba a permitir que eso pase. Cuando estaba por llegar hacía Lise, el felino dio un salto tirándome al piso. Mi mejor amiga gritó asustada. Mi corazón latía a mil por hora pero no pensaba dejar que el miedo invada mi cuerpo. Lo miré a los ojos haciendo que el odio hacia él crezca de a poco. Thomas quiso ir hasta donde yo estaba pero lo miré negando con la cabeza. El lobo se acercó a mi cuello oliendo mi aroma, me repugnó lo que hizo, cerré los ojos con fuerza para intentar soportar un poco más pero era tarde.

Lo miraba fijamente deseando que estuviera muerto. Era tanto el odio que sentía que me levanté empujándolo haciendo que vuele al otro lado de la habitación, cuando cayó al suelo me acerqué a una velocidad increíble hasta su lado y le pegué una patada en las costillas provocando que cierre los ojos quedando inconsciente. Quise volver a pegarle pero un cuerpo se puso delante de mí, levanté mi mirada y me encontré con esos ojos esmeraldas que me miraban con... ¿miedo? Suspiré frustrada agachando la mirada, él levanto mi rostro con sus dedos indicando que lo vuelva a mirar.

-Tus ojos...- Lo miré confundida.- Están rojos Emma.- Me di la vuelta temerosa por lo que estaba pasando.

-Thomas encárgate de Elise.- Dije antes de salir corriendo a toda velocidad fuera de la casa.

Corrí por unos minutos hasta llegar al bosque, me adentré más todavía sintiendo las lágrimas húmedas bajando por mis mejillas. Corrí con todas mis fuerzas, no sé exactamente cuanto tiempo estuve corriendo pero frené al ver el lugar conocido. La cascada donde Thomas me había contado lo de su mamá. Me senté en una piedra con las manos en los costados de mi cara, las lágrimas no dejaban de salir violentamente. Sonó mi celular indicando que me estaban llamando, el nombre de Alex apareció en la pantalla pero no lo atendí. Pase horas sentada en frente de la cascada escuchando como caía el agua creando una perfecta sinfonía con los ruidos del bosque. De repente se empezaron a escuchar pasos y miré alarmada para todos lados pero no veía a nadie. Cuando giré la cabeza en dirección a la cascada, otra vez, estaba Milo parado a unos metros con la cabeza agachada, no quería ni verlo porque no quería aceptar que él era un licántropo también. Toda mi vida estaba siendo una fantasía, era como una novela escrita por una adolescente fanática de los hombres lobo. Él se acercó hasta quedar a mi lado, se sentó y sin más remedio suspiré cansada.

-Thomas me dijo que podías estar acá.- Susurró sin mirarme a la cara. No contesté.- Emma, no es lo que parece.- Lo miré con ira reflejada en mi rostro.

-Ah no claro, no es lo que parece. Estabas aburrido así que te convertiste en lobo y casi matas a mi mejor amiga ¿no?- Mi tono era duro, pero él tenía que entender que no podía poner en peligro a las personas que amo.

-No te sorprende que yo sea un lobo, ¿por qué?- Se levantó quedando en frente mío mirándome con el ceño fruncido. Imité su acción levantándome también.

-Eso no importa, acá el que tiene que explicar las cosas sos vos.- Crucé los brazos en mi pecho mientras movía mi pie impaciente.

-Elise me contó algo que me hizo cegar.- Susurró agachando la cabeza.

-Milo no podes ir por la vida así, tenés que controlarte.-

-Ya lo sé Em, pero lo que me contó fue muy fuerte.- La curiosidad empezó a pinchar en mi interior.

-¿Qué fue exactamente lo que te contó?- Lo miré achinando los ojos.

-No puedo decírtelo yo... Lise me mataría.- Largué un bufido lleno de odio, lo agarré del cuello de su campera acercándolo más a mi para amenazarlo.

-Le llegaste a hacer algo malo y te arranco las bolas con mis manos.- Él abrió los ojos como platos negando con la cabeza. Escuché un carraspeo atrás mío y me giré soltando al estúpido que cayó al piso inestable. Thomas me miraba impasible de brazos cruzados.

-Bueno. Los dejo solos, tienen mucho de que hablar.- Soltó en un hilo de voz Milo, caminando hacia el centro del bosque. Nos quedamos solos, me senté otra vez en la piedra y él vino a mi lado imitando mi acción.

-Yo estoy más confundido que vos.- Susurró.

-Era de esperarse.- Tiré una piedrita al agua, ésta provocó que se expanda un circulo creando otros más pequeños por el impacto de ella en el líquido.

-No entiendo de donde sacaste esa fuerza, ese poder para hacerlo volar.- Lo miré asustada recordando lo ocurrido en lo de mi amiga.- Y tus ojos...-

-Thomas yo...- Quise hablar pero él me cortó.

-Yo no soy un licántropo Emma.- Lo miré confundida.- Soy peor que eso.- Susurró agachando la cabeza.-Mi mamá era hechicera, la mataron los Volturi cuando nos encontraron después de habernos escondido por años.- Abrí los ojos como platos.- Y mi papá... Él sí es un lobo. Uno que dejo a su manada para escaparse con mamá. Por seguir lo prohibido. Shopia y Alexander son el ejemplo más lindo que tuve del amor verdadero.- Se me llenaron los ojos de lágrimas al recordad a mis papás.

-Thomas, ¿los Volturi no están encargados solamente de los vampiros?- Él negó con la cabeza.

-Ellos son los que dominan todas las especies anti naturales, ponen las reglas y deciden qué hacer cuando alguien las rompe. Las relaciones entre diferentes especies están prohibidas, ellos quieren seguir al mando pero no podrían hacerlo si se genera una especie más poderosa que no puedan manejar.- Abrí mis ojos sorprendida por la información que acababa de tener.

-Thom... yo soy una híbrida también.- Él giró su cabeza mirándome con sorpresa.

-¿Qué?- Negó con la cabeza.- Es imposible Emma, lo hubiera sabido.-

-Mi mamá es vampiro y mi papá es licántropo.- Susurré. Él se levantó de su lugar caminando de un lado a otro mientras se pasaba la mano por el pelo despeinándolo.

-¿Cómo no lo supe antes?- Susurró para si mismo. Me levanté yendo a su lado tocándole el hombro, me miró y bajo su mirada a mis labios. Negó con la cabeza alejándose del lugar dejándome más confundida de lo que estaba.

No es lo que parece.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora