Eran las dos de la mañana mientras lo observaba boca arriba en la cama, tenía los brazos en la nuca sosteniendo su cabeza, por primera vez me di cuenta que en su bícep izquierdo tenía un tatuaje. No entendía bien la forma por la posición en la que estaba mi amigo, pero el color negro en su piel blanca llamaba demasiado la atención.
-Lo que pasó la otra vez...- Volvió a susurrar sacándome de mis pensamientos.- Fue un impulso.- Asentí con la cabeza.
-Creo que es hora de que hablemos de lo que sentimos Thom.- Susurré.
-Yo sé lo que siento Emma, no quiero confundirte a vos. Estoy bien solo, sin sentir nada por nadie.- Sus palabras fueron duras, pude sentir como dolían cada una de ellas.- No te hagas falsas ilusiones, vos y yo somos amigos.- Largué una risa irónica dándome vuelta para dormir. Después de un rato solté.
-Si somos amigos entonces no me hagas escenitas cuando otro chico quiera acercarse a mi.- Suspiró pesadamente y contestó.
-El problema no es otro chico, el problema es Alex. No confío en él.- Volví a reírme mientras cerraba los ojos en busca de paciencia porque lo iba a mandar a dormir de una piña.
-Es mi vida y como bien dijiste sos mi amigo.- Remarqué la palabra amigo.- Como tal no debes meterte en lo que yo haga. Buenas noches.- Me alejé lo más que pude de su cuerpo para no caer en la tentación, después de unos minutos recién pude dormirme.
Me desperté por un ruido extraño así que abrí los ojos alarmada lista para matar al culpable que me haya levantado. Bufé cuando vi a Thomas de espalda con tan solo una toalla tapando su cintura, al imbécil se le habían caído las cosas del armario. Miré la hora en mi celular, las ocho de la mañana, iba a matarlo. Lo volví a mirar, ahora estaba de frente, en la cara tenía gotitas de agua que caían de su pelo, su torso desnudo también estaba mojado y a mi se me hizo agua la boca.
-No me mires con esas ganas de violarme. Ayúdame.- Dijo él con una sonrisa de lado en su cara. Puse los ojos en blanco y me levanté para ayudarlo.
-Estás teniendo fantasías conmigo querido, porque con las únicas ganas que te miré fueron con las ganas de matarte lentamente.- El negó con la cabeza y se acercó peligrosamente a mi rostro.
-Se nota que estás muerta por mi.- Susurró muy cerca de mis labios.
-El que va a estar muerto sos vos si no te alejas de mi hija Thomas.- Los dos giramos la cabeza violentamente al marco de la puerta, en ella había un hombre de unos cuarenta años mirándonos con los brazos cruzados. Su pelo era marrón oscuro, sus ojos eran de un color celeste mezclado con verde, tenía el cuerpo tonificado lo que lo hacía parecer más joven. Esperen ¿dijo hija? NO.
-¿Ethan?- Fruncí el ceño confundida.
-¿Ella es tu hija?- Preguntó mi compañero confundido también.
-¿Se conocen?- Volví a preguntar. Nuestra confusión le hizo gracia al hombre y empezó a reírse.
-Si Emma, soy Ethan. Y sí Thomas es mi hija así que aléjate.- Mi amigo abrió los ojos como platos y se alejó de mi inmediatamente. La cabeza de mi hermano se asomó por el costado de la del hombre, se rió de nuestras caras.
-Papá te dije que no los asustes.- Dijo Lucas pegándole en el hombro despacio, yo estaba en la misma posición con la misma cara de 'no entiendo un carajo lo que está pasando acá'.
-Emma...- Dijo Ethan acercándose para abrazarme. Yo me quede quieta en mi lugar.- No te das una idea de cuánto te extrañé hija.-
-¿Hija?- Me reí sarcástica alejándome de él.- Podrías llamarme 'hija' si por lo menos te hubieras preocupado por mi todo este tiempo.- Salí de la habitación enojada, Alise quiso frenarme pero no estaba de ánimo para soportar a nadie así que la esquivé.
No entiendo que vino a hacer acá este hombre, solamente quería pasar un fin de semana divertido con mi familia y mi amigo, pero él vino a arruinarlo todo. Bufé enojada mientras caminaba rápido, me alejé lo bastante para que no me molesten. Llegué a mi parte favorita, un banco en el medio de una pequeña montaña en el campo que dejaba ver un paisaje único donde el verde predominaba por donde mirase. Me senté en el banco respirando el aire fresco y disfrutando del silencio, necesitaba esto: estar sola, pensar en todo lo que cambió mi vida en todo este tiempo. Empecé el año siendo la misma chica tímida, antisocial con una única mejor amiga, la chica de los padres separados y con el hermano más imbécil que pudiera existir. Todo cambió cuando él apareció en mi vida... Thomas... Cerré los ojos para olvidarme de él, para olvidar que mi vida era una locura pero sabía que al abrirlos todo iba a seguir igual que siempre. Estuve unos minutos con los ojos cerrados, cuando los abrí estaba Ethan sentado a mi lado observando el paisaje. Suspiré cansada y él empezó a hablar.
-No quiero que me odies Em...- No me miraba, simplemente miraba el paisaje como si recordara algo.
-Nunca estuviste para mi.- Susurré.
-No fue por decisión propia. Los Volturi me están buscando, saben que me equivoqué y no van a dudar en hacerme pagar.- Negué con la cabeza.
-No puedo creer todo lo que estoy viviendo, me siento Bella en Crepúsculo.- Mi comentario lo hizo reír como un tarado, ahora entiendo a quién salimos Lucas y yo.
-Siempre te gustaron las películas y los libros de fantasía.- Giró a mirarme.- No entiendo por qué tardaste tanto en utilizar tus poderes.- Lo miré mal.
-¿Será por qué no tenía ni puta idea de que existía todo esto realmente?- Levanté los hombros, él sonrió.
-Sí, discúlpame Emma. No quise dejarlos solos, me perdí muchas cosas. Me hubiera encantado estar ahí cuando diste tu primer paso, o cuando aprendiste a leer. Lamento mucho no haber estado para partirle la cara a los imbéciles que te rompieran el corazón.- Mi vista se empezó a nublar por las lágrimas. Y él me abrazó, lo raro es que yo me dejé abrazar.- Se que es agotador, que tu vida cambió demasiado en tan poco tiempo pero es tu naturaleza.- Asentí limpiándome las lagrimas que caían por mis mejillas.
-No quiero ser un monstruo.- Susurré.
-Y no lo vas a ser hija, vas a controlarte. Confío en vos.- Lo miré como si fuera mi papá, como si en realidad no importaran todos esos momentos que no estuvo conmigo porque ahora si estaba. Agaché la cabeza preparada para decirle las palabras que salían de mi corazón.
-Nunca más me dejes sola papá.- Levanté la vista para ver su reacción, tenía los ojos abiertos como platos. Me abrazó y me dio un beso en la frente.
-Nunca más hija, te amo.- Asentí mientras me levantaba para volver a la casa.
Almorzamos todos juntos, Thomas ni siquiera me mi miró, incluso no dijo ni una palabra en todo el almuerzo. Cuando terminamos él se levantó y se fue directamente a la habitación. Miré a Alise confundida, ella solo levantó los hombros en señal de que no sabía tampoco lo que le pasaba. Lucas se acercó a mi y me dijo que lo vaya a ver, lo notó raro también. Después de dudar un poco fui a ver cómo estaba mi compañero con la excusa de buscar ropa para bañarme. Nada me preparó para lo que estaba por ver a continuación.
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No es lo que parece.
FantasyTodo parecía ir normal en la vida de Emma. Hasta que un día se ve obligada a reconocer que su vida no era para nada normal comparada con la de otras adolescentes. Al conocer a Thomas su historia dio un giro de ciento ochentas grados iniciando así la...