Estaba en la clase de inglés cuando me acordé de que ayer me había lastimado las manos en el bosque. Las miré y no tenía ni un solo raspón, no me preocupé porque desde chiquita las heridas se sanaban rápido en mi organismo. Salimos del colegio con Elise, el día estaba pesado, algo nublado y con mucha humedad. Fuimos directo a su casa, Selene nos esperaba con la comida lista lo que significaba comer como un cerdo hasta que el pantalón no me abrochara. Después de haber comido nos fuimos a la habitación de mi amiga, ella entró a bañarse mientras yo me acosté en su cama, quise ver la tele pero el control estaba lejos. No quería levantarme por lo que empecé a imaginar cómo sería si pudiera hacer que el control llegara a mí con tan solo pensarlo, pasaron unos minutos y el control se elevó llegando a mis manos sin ninguna dificultad. Abrí mis ojos sorprendida mirando como idiota el control de la tele, volví a mirar el escritorio al otro lado de la habitación intentando comprender como carajo hice eso. Lise salió del baño cubriendo su cuerpo con la toalla.
-Me olvidé el corpiño, te estaba gritando pero parece que no te queres levantar.- Dijo riendo como una loca hasta que giró mirándome y su risa paro bruscamente.- Emma, ¿estás bien? Te sale sangre de la nariz.- Apenas escuché eso me toqué la nariz y era verdad, me sangraba. Miré a mi amiga que estaba con el ceño fruncido totalmente preocupada, sonreí para despreocuparla.
-Sí Em, estoy bien. Debe ser por el calor.-Dije sentándome y tapándome la nariz con un poco de algodón que había en su mesita de luz. Más que convencerla a ella quise convencerme a mí de que era así. Mi mejor amiga asintió, se dio la vuelta y se metió de nuevo en el baño. Después de debatirlo un rato, agarré mi celular y empecé a buscar en Google 'causas del sangrado de nariz'. Prácticamente decía que me estaba por morir así que saqué todo rápido para dejar de leer las estupideces que hay en internet. Pasaron un par de minutos hasta que Elise salió del baño sonriendo mientras cantaba Shape of you de Ed Sheeran, a ella no le gustaba mucho Ed, pero desde que hice que escuchara esa canción no la dejó de cantar, incluso estoy empezando a odiarla.
Trate de ignorar lo sucedido en la habitación de mi amiga, pero era casi imposible, a cada segundo venía la imagen del control volando hasta mi mano. Tendría que haber sido parte de mi imaginación, es imposible que pase eso.
Era viernes y había una fiesta en la casa de Steve, obviamente a mi no me parecía buena idea ir pero mi mejor amiga quería acción. Tardó un poco en convencerme de ir hasta que acepté de mala gana, ella me prestó un vestido negro largo hasta mis muslos, quería que me pusiera zapatos aunque yo no supiera caminar en ellos, pude lograr que me dejara ponerme mis vans negras que combinan con todo. A las once de la noche ya estábamos listas para ir a la fiesta. Me había dejado el pelo suelto con algunas ondas que Lise había creado con la planchita, ella también se lo dejo suelto pero totalmente liso, combinaba a la perfección con su vestido rojo y labial del mismo color. Salimos de casa para ir directo a la parada del colectivo que nos dejaba en la esquina de la casa de Steve, habrá tardado veinte minutos en llegar, nos subimos y emprendimos el viaje a la fiesta. Cuando llegamos lo primero que vi fue a Thomas que estaba siendo llevado por la mano de Adele adentro de la fiesta, suspiré negando y mirando hacia otro lado en donde estaban varios compañeros fumando mientras tomaban cervezas. Entramos a la casa, el olor a cigarrillos mezclado con alcohol hizo que me duela un poco la cabeza, había adolescentes por todos lados donde mirase, algunos estaban ya borrachos o drogados, otros parecían que iban a violarse en cualquier momento. Por eso mismo odiaba las fiestas, no había control. Perdí a Lise en cinco minutos, miré por arriba de las personas buscándola pero no estaba por ningún lado, me acerqué hasta la barra y le pedí un vaso de agua al barman, sonrió ampliamente, me entregó un vaso enorme rojo, apenas lo tuve en mis manos lo bebí de un trago. El gusto a alcohol puro inundó mi sistema una vez que acabé con todo el líquido del recipiente, me agarré de la barra sosteniéndome para no caerme. ¿Qué carajo me dio este imbécil? Empecé a sentirme mareada después de un rato, mientras iba caminando para salir de la casa alguien me agarró del brazo haciéndome girar y me encontré con esos ojos miel que alguna vez solo me miraron a mí, o eso es lo que me hacía creer.
-Déjame... en... paz... Matt... por... favor.- El poco alcohol que tenía en mi sangre estaba dificultando mi habla, él hizo caso omiso a lo que le dije y me llevó agarrándome más fuerte hacía el pasillo de la sala mientras yo intentaba zafarme.- Dale estúpido soltame.- Aunque arrastraba un poco las palabras intentaba hacerme respetar. Me puso contra la pared apretándome con su cuerpo, las manos a los costados de mi cabeza y su aliento a alcohol mezclado con cigarrillos no ayudó para nada a que me tranquilice.- Correte o te dejo sin descendencia estúpido.- El odio se reflejaba en sus ojos.
-Sin descendencia me vas a dejar pero de otra manera Emem.- Que asco que me daban sus palabras, empezó a acercarse más para besarme mientras yo cerré los ojos fuertemente para soportar lo que venía a continuación, pero el beso no llegó jamás, en cambio se escuchó un estruendo que hizo abrir mis ojos rápidamente. Thomas estaba al lado mío y Matt se encontraba incrustado en la pared al otro lado de la sala, inconsciente. Miré con terror a mi compañero, me agarró del brazo y me sacó de aquel lugar a toda velocidad. Fuimos hasta un callejón que había cerca, por más que fuera Thomas quien estaba conmigo tenía miedo.
-No pienso volver a dejar que se acerque a vos ese estúpido.- Dijo agarrándose la cabeza con las manos mientras gritaba de frustración, me volví minúscula apoyada en la pared mientras se iba acercando a mí.- ¿Tomaste alcohol Emma?- Preguntó cuando estuvo lo más cerca posible. Cerré los ojos unos segundos, cuando los volví a abrir contesté.
-Le...Le pedí...Agua al barman...y...no sé que me dio.- Dije tartamudeando nerviosa.
-Emma pedir agua en una fiesta de Steve es pedir vodka.- Suspiró pesadamente por lo que yo reí.- No tenés ni idea de cómo va a afectar lo que tomaste en tu organismo.- Empezó a caminar lejos de mí mientras yo intentaba seguirlo torpemente. Cuando se dio vuelta me miro de arriba abajo, sosteniendo la mirada por más tiempo en mis piernas, sus ojos se volvieron intensos y oscuros, se pasó la mano por el pelo desordenándolo dando respiraciones lentas. Bajó la mirada mientras negaba con la cabeza, se acercó a mí para ayudarme a caminar. Caminamos como una hora porque él no quería pedir un taxi. Yo me reía de todo, mientras el estaba perdido en sus pensamientos. Podía sentir como quemaba su mano en la parte baja de mi espalda, donde me sostenía para que no me caiga. Llegamos a mi casa, le pedí por favor que pasara, lo dudó un rato pero al final aceptó cuando le dije que no había nadie. Subimos hasta mi habitación y me senté mirando un punto fijo en la pared, Thomas se quedó parado en el umbral de la puerta en silencio mirándome detenidamente. Cuando volví a mirarlo sus ojos verdes estaban más brillantes que nunca, me paré y fui lentamente hasta donde él estaba. Cerré los ojos concentrándome en su perfume por primera vez, el olor a menta que desprendía con cada respiración que daba me dejaba hipnotizada. Abrí los ojos poniendo mis manos en sus mejillas dispuesta a besarlo, él puso sus manos sobres las mías.
-No Emma, estás borracha y no sabes lo que haces.- Dijo susurrando adivinando mis pensamientos, bajó mis manos dejándolas al costado de mi cuerpo. Bufé como una nena caprichosa y él sonrió de lado.- Si va a pasar que sea cuando después te acuerdes de cada detalle, tontita.- Su tono divertido me hizo reír, me aleje entrando al baño para darme una ducha de agua fría, estuve aproximadamente quince minutos en la ducha y cuando salí del agua miré por el baño en busca de mi ropa, no me di cuenta de haberla agarrado para cambiarme adentro.
-Thomas.- Dije abriendo un poco la puerta para que se escuchara mi voz.-
-¿Mmm?- Respondió él.
-¿Podrías alcanzarme una remera y un pantalón de mi armario por favor?- Estaba impaciente porque ni siquiera escuchaba sus pasos por la habitación, esperé un minuto, cuando volví a abrir la puerta estaba él sonriendo de lado mirándome divertido. Me pasó la ropa, cerré la puerta y ahora sí iba a vestirme. Agarré el pantalón que me dio, me empezaron a arder las mejillas cuando vi que en vez de un pantalón me dio un short con la remera de mi pijama. Me puse la ropa seleccionada por mi compañero, salí del baño lista para dormirme y tratar de olvidar el asqueroso episodio que viví en la fiesta de Steve. Thomas estaba acostado en mi cama boca abajo con los ojos cerrados, se había dormido. Entré a la cama tratando de no despertarlo y a los minutos ya me había dormido yo también.
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No es lo que parece.
FantasyTodo parecía ir normal en la vida de Emma. Hasta que un día se ve obligada a reconocer que su vida no era para nada normal comparada con la de otras adolescentes. Al conocer a Thomas su historia dio un giro de ciento ochentas grados iniciando así la...