Mi mamá suspiró dándome la espalda y saliendo de la habitación dejándome sola. Di un grito lleno de frustración, últimamente mi vida estaba siendo un caos, necesitaba relajarme, pensar en mi futuro, en la universidad y en aprobar las materias pero me era imposible. Todo el tiempo estaba con la cabeza en otro lado, de repente me encontré pensando en Thomas en sus ojos verdes llenos de emociones y la actitud tan extraña que tenía conmigo, me había acostumbrado a hablar con el casi todos los días o aunque sea verlo con su sonrisa al otro lado del salón mientras ignorábamos al profesor olor a ajo, pero eso ya no pasaba porque él ni siquiera me miraba. Golpearon la puerta de la habitación sacándome de mis pensamientos, como no contesté vi asomarse la cara del feo de mi hermano sonriéndome como un idiota.
-Hermanita, tengo una sorpresa para vos abajo.- El brillo en sus ojos me hacía pensar que se había comprando la play cuatro o el iphone siete. Lo seguí hasta abajo y podía escuchar como mi mamá hablaba con alguien en la cocina, lo mire extrañada con el ceño fruncido mientras él seguía sonriendo como idiota. Cuando entramos a la cocina abrí los ojos sorprendida porque no me esperaba encontrarme ahí a un rostro familiar.
-¿Emma?- Dijo ella con las mejillas rojas, igual de sorprendida que yo.
-¿Alise?- Pregunté tratando de entender que estaba pasando ahí.
-¿Se conocen?- Se metieron en la conversación mi mamá y mi hermano hablando al unísono.
-Es la hermana de Thomas, un amigo.- Dije mirando a mi hermano incrédula.
-Emma... Ella es mi...- Achiné un poco los ojos mirándolo con impaciencia. Él frotó las manos por sus piernas sacando todo rastro de sudor en ellas.- Mi novia.- Dijo rápidamente mientras yo pestañeaba varias veces, giré mi vista hacia Alise que me miraba muerta de vergüenza y hasta podría decir que asustada.
-¡FELICIDADES!- Grité histérica abrazando al orangután de Lucas mientras mi mamá la abrazaba a mi, ahora, cuñada.
Convencimos a Alise y Lucas de que se queden a comer para poder conocernos mejor, aunque yo algo sabía sobre ella por lo poco que mi compañero me había contado. No venía mal sacarle un poco de información de por qué su hermano era tan tarado o si venía de familia.
A las diez de la noche ya estábamos cenando riéndonos de las anécdotas que recordábamos de cuando éramos chicos con mi hermano.
-Una vez Emma se tiró un pedo en mi cara y yo le vomité toda la espalda.- Contaba Lucas mientras con Alise nos reíamos aplaudiendo como focas. Mi mamá lo miró con asco bajando el tenedor que estaba por llevarse a la boca lo que provocó más risas de nuestra parte.
-Ese día mamá me llevó afuera y me bañó con la manguera porque no quería ni tocarme. Eso que era el vomito de su hijo.- Expliqué mientras empezamos a reír otra vez.
-Tenías diez años y eras todo un hombrecito.- Agregó mamá mientras yo la miraba mal, mi hermano y mi cuñada reían a más no poder.
-Contanos vos alguna anécdota Alise.-Dije mientras metía el tenedor con fideos a mi boca.
-Como veníamos a pasar las vacaciones acá que vivimos cerca del bosque, con mi hermano Dylan, nos levantamos temprano y agarramos una araña bastante grande para metérsela en la cama a mi papá mientras dormía porque nos había castigado. Casi se muere de un infarto y nos castigó peor.- Contaba ella mientras yo la miraba con terror y mi hermano con mi mamá se reían.
La noche paso bastante rápido, la conversación con Alise y Lucas me había hecho olvidar todo el dilema que tenía en la mente que no volvió hasta que ellos se fueron dejándonos a solas con Elena, mi mamá. Después de que ella los acompañó hasta la puerta yo me quede lavando los platos esperándola, entró a la cocina nuevamente y se sentó en el lugar que ocupó en la cena.
-Hija, deja de lavar eso, vení que vamos a hablar.- Cerré la canilla, me acerqué lentamente hasta sentarme en frente de ella.
-Te escucho.- Dije cruzándome de brazos.
-Todo empezó cuando conocí a tu papá.- Puse los ojos en blanco, claramente no me importaba que carajos pasó cuando conoció a Ethan.- Es necesario que sepas todo desde principio Emma.- Dijo ella con la voz un poco quebrada. Le hice una señal con mi mano indicando que siga.- Cuando lo conocí tenía dieciocho años, me enamoré perdidamente de él. Fuimos muy buenos amigos al principio dándole lugar al amor que seguía después de habernos conocido mejor.- Suspiré pesadamente al escuchar la palabra 'amor'.- Empezamos a ser novios, éramos demasiado felices, salíamos todas las tardes a tomar helado o al cine. Todo iba normal hasta que empezaron a pasarme cosas... extrañas...- La miré expectante a lo que podía seguir después de eso.- Una vez me enojé mucho con mi mejor amiga y deseé que estuviera muerta. Mientras ella me gritaba que la había dejado sola por un hombre que solamente me usaba, yo la imaginaba muerta.- Los ojos se le llenaron de lágrimas mientras yo la miraba con las cejas levantadas en asombro.- Estaba cegada por el odio que sentía hasta que ella cayó con peso muerto al piso provocando un ruido que se escuchó en toda la casa. Tu abuelo entró rápidamente a mi habitación y cuando vio la escena quedó pálido, rápidamente puso sus manos sobre su pecho y una luz cegadora empezó a salir del pecho de Aiden, mi mejor amiga empezó a toser respirando nuevamente. Me miraba con miedo pero mi papá chasqueó los dedos y ella empezó a mirar para todos lados confundida.- No estaba entiendo nada pero escuchaba atenta lo que ella me contaba.- Yo empecé a llorar mientras mi papá me abrazaba. Dijo que ya era hora de que sepa la verdad sobre nuestra familia, en ese tiempo vivíamos en Bariloche.- Apenas dijo eso me acordé de Thomas. Ella quedó en silencio mirándome con miedo de seguir hablando.
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No es lo que parece.
FantasyTodo parecía ir normal en la vida de Emma. Hasta que un día se ve obligada a reconocer que su vida no era para nada normal comparada con la de otras adolescentes. Al conocer a Thomas su historia dio un giro de ciento ochentas grados iniciando así la...