Capitulo 26.

21 1 0
                                        

Milo O'Brien en multimedia. 


No podía moverme, el hombre seguía en su lugar apuntando a Thomas mientras él no se percataba de la situación. Traté de caminar hacia el lado contrario pero el individuo me apuntó a mí. Cerré los ojos en busca de valor para gritar, cuando los abrí el hombre ya no estaba. Miré alarmada a mi alrededor pero no se encontraba por ningún lado.

-¿Pasa algo?- Preguntó mi amigo cuando dejó de hablar por el celular. Negué con la cabeza aún mirando alarmada a los costados.- Emma ¿qué viste?- Insistió, lo miré con miedo en mis ojos.

-Había un hombre apuntándonos.- Susurré, él se acercó a mi envolviéndome en un abrazo.

-Bienvenida a mi mundo de mierda.- Dijo en mi oído. Apreté los ojos con fuerza.- ¿Viste quién era?- Preguntó después de soltarme, negué nuevamente.

Pasaron veinte minutos, ya me había acostumbrado al frío es común en los híbridos aguantar temperaturas muy bajas y muy altas. Al costado de la ruta apareció un jeep color negro, de el bajó un chico lleno de tatuajes que inmediatamente reconocí, atrás de él se asomaba una chica que tanto extrañaba. Milo y Elise se acercaban lentamente sonriendo como idiotas. Corrí a abrazar a mi mejor amiga, la extrañaba, realmente la extrañaba. Un par de lágrimas inundaron mis mejillas mientras la abrazaba con fuerza, ella se removía incomoda porque me había olvidado que yo puedo hasta cuadriplicar su fuerza. Thomas y Milo hacían lo mismo mientras se daban palmadas en la espalda.

-Wow Emma, estás. Wow.- Dijo mi amiga asombrada mirándome de arriba abajo.

-Lise, por dios, te extrañé tanto.- Contesté abrazándola de nuevo. Miré a su panza, que por cierto era bastante grande para tener dos meses. Levanté la cabeza confundida y ella sonrío aún más.

-Cosas de licántropos.- Contestó negando con la cabeza divertida.

De repente sentí que alguien me levantaba del piso como si no pesara nada, me di cuenta que era el novio de mi amiga cuando vi sus brazos repletos de tatuajes. Me abrazó fuertemente mientras yo gritaba que me baje. Cuando por fin me bajó de sus brazos lo abracé con fuerza, por más que fuera un idiota lo había extrañado.

-Estás muy cambiada Em.- Dijo después de nuestro abrazo. Negué con la cabeza mientras nos dirigíamos al jeep.

-¿Qué es lo que pasó?- Preguntó mi amiga con reflejada preocupación en su rostro.

-No sé. Unos idiotas tiraron una piedra al parabrisas y después salió una camioneta de la nada haciéndome perder el control del auto.- Contestó Thomas.

Nos subimos al auto, Milo conducía con Lise como acompañante. El idiota de mi amigo y yo íbamos atrás como siempre. Después de unos minutos llegamos a un lugar donde la ruta abría camino por la derecha, fuimos por ese camino hasta llegar hasta el patio de una hermosa casa cubierta por nieve y rodeada de árboles. Era hermoso aquel paisaje, sonreí mientras nos acercábamos cada vez más. La casa era de madera, tenía dos pisos, realmente era hermosa. Bajamos del auto y nos dirigimos a la entrada, cuando entramos a la casa el calor que hacia adentro comenzó a sofocarme por lo que tuve que sacarme la campera. Thomas y Milo se dirigieron a algún lado con las maletas mientras Lise me esperaba. Entramos a la sala en donde estaba mi mamá con Alexander, sonreí de oreja a oreja y corrí a abrazarla.

Les contamos lo sucedido con Thomas a los integrantes de la casa, nos miraban preocupados. El único que faltaba era Dylan, que al parecer estaba haciendo los pasaportes para que podamos salir del país. Después de que mi amigo relatara todo Alexander habló.

No es lo que parece.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora